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Santiago: Jueves 21 de noviembre del 2024 | Actualizado 12:26
MONTEVIDEO.- No hay detalle librado al azar, cada rincón de la XVI Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y de Gobierno en Montevideo lleva la firma del pintor uruguayo Joaquín Torres García (1874-1949).
El símbolo del evento es su célebre ilustración "América del Sur", de 1946, que muestra esta región del continente invertida, con su Cono Sur señalando el norte. "Nuestro norte es el Sur", afirmaba Torres García. Y su dibujo aparece en la papelería, los bolsos para la prensa, las paredes de los edificios del evento.
En las calles cercanas a la sede de la cumbre se instalaron reproducciones "monstruos" de un barco, de un pescado y de un hombre, típicas creaciones de Torres García, de unos 2,60 metros de ancho que impregnan la zona con su colorida estética.
El pintor, que en los años 20 se vinculó con la vanguardia artística de Estados Unidos, Italia y Francia para luego crear su sistema estético-filosófico "Universalismo Constructivo", también estuvo presente en los salones que albergan la cumbre y en el Teatro Solís montevideano, donde se realizó el acto inaugural.
Un gigantesco telón de fondo con una reproducción en colores arena de una pintura de Torres García fue el marco del acto de apertura de la XVI Cumbre Iberoamericana. Su "América del Sur" también lució grabado en el atril en el que hablaron el presidente uruguayo, Tabaré Vázquez; el secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias; y el secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan.
Los obsequios para los mandatarios y los invitados especiales son obras, objetos y los famosos juguetes didácticos confeccionados en madera por Torres García. La cumbre contó hasta con un vino que lleva en su etiqueta una obra del artista.
El asesor de imagen de la presidencia uruguaya y creador artístico del evento, Cacho Bagnasco, explicó que la elección de Torres García se debió a que "es como Mondrian". "Porque es un pintor moderno, porque me parece que da una imagen de que nos preocupa la modernidad", afirmó al diario "El País".
"No todos los países tienen un pintor tan particular como Torres", destacó el funcionario.
El Museo Torres García, ubicado en el barrio montevideano de Ciudad Vieja, conserva un importante acervo de su obra, tanto artística como documental, que ya se ha convertido en un referente ineludible de la identidad y la cultura uruguaya. Cuenta con óleos, frescos, dibujos y maderas representativas de los diversos momentos creativos del artista, además de manuscritos originales.
Torres García nació en 1874 en Montevideo. A los 17 años se radicó en Barcelona, donde trabajó a las órdenes de Antonio Gaudí en las obras del templo de la Sagrada Familia y en la reforma de la catedral de Palma de Mallorca. Luego viajó por Estados Unidos y Europa, para radicarse en París.
En 1934 regresó a Uruguay, donde dictó más de 600 conferencias. Años después creó el Taller Torres García, en el que realizó una intensa labor didáctica, y forjó "La Escuela del Sur", considerado uno de los más consistentes movimientos artísticos del siglo XX. Murió el 8 de agosto de 1949.
"He dicho Escuela del Sur porque, en realidad, nuestro norte es el Sur. No debe haber norte, para nosotros, sino por oposición a nuestro Sur. Por eso ahora ponemos el mapa al revés, y entonces ya tenemos justa idea de nuestra posición, y no como quieren en el resto del mundo. La punta de América, desde ahora, prolongándose, señala insistentemente el Sur, nuestro norte", escribió Torres García en "Universalismo Constructivo".
