BAGDAD.- El ex Presidente iraquí Saddam Hussein, condenado a muerte este domingo, y sus coacusados que también fueron sentenciados a la pena capital o a cadena perpetua pueden recurrir a un procedimiento automático de apelación, lo que podría retrasar varios meses la ejecución de las sentencias.
La apelación prevista por el Alto Tribunal Penal iraquí, creado en diciembre de 2003, se asemeja a un recurso de casación, es decir, debe estar motivado por un error de procedimiento o por el incumplimiento de la ley.
Desde ser examinado por la sala de apelación del Tribunal, compuesta por nueve jueces, que no tiene fecha límite para anunciar sus conclusiones.
Si la sala estima que el recurso es válido, debe celebrarse otro juicio.
En caso de que se ratifique la sentencia decidida en primera instancia, debe aplicarse en los próximos 30 días, según los estatutos del tribunal. Si la condena es a muerte, el decreto de ejecución debe estar firmado por el presidente de la República o sus vicepresidentes.
El Alto Tribunal Penal iraquí condenó a muerte en la horca a Saddam Hussein, a su hermanastro Barzan al Tikriti, ex jefe de los servicios de inteligencia, y al ex presidente del tribunal revolucionario, Awad Ahmed al Bandar, por la matanza de 148 habitantes chiitas del poblado de Dujail en los años 80.
El ex vicepresidente iraquí Taha Yassin Ramadan fue condenado a cadena perpetua, mientras tres ex responsables locales del partido Baas, Abdala Kadhem Rueid, su hijo Mezhar Abdala Rueid y Ali Daeh Ali fueron condenados a 15 años de cárcel por "homicidio voluntario".
Uno solo de los acusados, otro ex responsable local del Baas, Mohamed Azzam al Ali, fue absuelto en el juicio de Dujail, tal como pidió el fiscal general Jaafar al Mussaui.
Saddam Hussein está además sometido a otro juicio desde el 21 de agosto por haber ordenado la ofensiva de Anfal contra el Kurdistán (norte) que causó más de 180.000 muertos, según la acusación.
Los estatutos precisan que ninguna autoridad, ni siquiera el presidente de la República, puede utilizar el derecho de gracia, ni conmutar las penas pronunciadas por el tribunal.
Los condenados a muerte son ahorcados si son civiles y fusilados si son militares. En julio, Saddam Hussein dijo que prefiere esta última solución, pero el domingo el tribunal decretó que será ahorcado.
"Saddam era militar y en caso de que sea condenado a muerte, deberá ser ejecutado con arma de fuego y no ahorcado", dijo el propio Saddam Hussein hablando en tercera persona.