BEIRUT.- Los principales dirigentes libaneses se han reunido hoy, por segundo día consecutivo, para tratar de encontrar una salida a la crisis política en la que está sumido el Líbano.
En la sesión de ayer, la primera después de la irrupción del diálogo por la guerra entre Israel y Hezbollá en julio y agosto pasados, los dirigentes "rompieron el hielo y decidieron respetar una tregua mediática", según anunció el presidente del Parlamento, Nabih Berri.
Las reuniones, que se celebran a puerta cerrada, están destinadas a examinar la formación de un gobierno de unidad nacional y la elaboración de una Ley Electoral, exigencias de Hezbollá y de su aliado cristiano Michel Aun, que rechaza la mayoría parlamentaria.
Esta última, de signo marcadamente anti-sirio acusa a sus adversarios de hacer el juego a Siria en su deseo por volver a controlar el Líbano después de su retirada en abril de 2005.
La mayoría anti-siria, reunida en torno a la conocida como coalición del 14 de marzo, acusa a Hezbollá de entorpecer la formación de un tribunal internacional para juzgar a los asesinos del ex primer ministro Rafic Hariri, muerto en una atentado el 14 de febrero de 2004.
Hezbollá ha amenazado con recurrir a manifestaciones si no se satisfacen sus exigencias, aunque Berri, aliado de Hizbulá, advirtió contra el recurso de tomar las calles.
El periódico libanés L’Orient-Le Jour comenta hoy que "las líneas de fractura son tan pronunciadas y peligrosas, que los participantes en el diálogo, cualquiera que sean sus constantes, obsesiones y pesadillas, deberían disminuir sus respectivas exigencias para sacar al país del cieno".
Al finalizar la sesión de ayer, Berri detalló que los reunidos son conscientes de que "hay que encontrar una solución, ya que la situación no puede continuar así".