GINEBRA.- Un tratado mundial que obliga a las partes garantes a remover municiones que no estallaron y aún causan muertes mucho después del fin de los conflictos entró en vigencia hoy, en medio de iniciativas para comenzar negociaciones a fin de reducir el uso de las bombas de racimo.
El pacto de "Vestigios Explosivos de la Guerra", acordado hace tres años, ha sido ratificado por más de 20 estados, lo requerido para que se convierta en legalmente vinculante.
El tratado ordena la remoción de dispositivos como bombas sin explotar, submuniciones de explosivos de racimo, morteros y proyectiles que permanecen intactos tras el final de las hostilidades.
"Este es el primer acuerdo internacional que requiere a las partes de conflictos armados retirar todas las municiones sin explotar que amenazan a civiles, activistas de paz y trabajadores humanitarios una vez que el conflicto ha terminado", afirmó un comunicado del Comité Internacional de la Cruz Roja (ICRC, por sus siglas en inglés).
"Su entrada en vigencia, finalmente, es un hito", dijo a Reuters Philips Spoerru, director de Derecho Internacional del ICRC.
La agencia humanitaria, que espera reducir el número de muertos y heridos en Asia y África, se encuentra detrás de la iniciativa para abordar el tema de los explosivos sin estallar.
Bajo el pacto, las partes garantes deben marcar diversas zonas después de un conflicto y advertir a los civiles sobre los riesgos hasta que el área sea despejada de explosivos.
"Crea la obligación de limpiar el desastre en el campo de batalla, incluso si un bando ya no tiene control sobre el territorio’’, indicó a Reuters Mark Hiznay, miembro del grupo Human Rights Watch con sede en Nueva York.
El Salvador y Liberia, que atravesaron por conflictos bélicos, se encuentran entre los 26 países que hasta el momento han ratificado el tratado.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ha enviado el pacto al Senado para su aprobación.
Se trata de un protocolo para la Convención de Armas Convencionales de Naciones Unidas y su entrada en funcionamiento se produce a medio camino de una conferencia de dos semanas en la que se debate cómo afrontar el uso de las mortales bombas de racimo, informaron las agencias de ayuda.