BOGOTA.- Un congresista que era buscando por las autoridades colombianas se entregó el jueves inesperadamente, pocas horas después de que se ofreciera una recompensa de 50 millones de pesos (unos 21.000 dólares) por su paradero.
El senador Alvaro García Romero, que había anunciado que el miércoles se sometería a la justicia, se entregó voluntariamente el jueves por la noche a agentes de la Fiscalía en un apartamento al norte de la ciudad.
De inmediato fue trasladado a las instalaciones de la Fiscalía General, donde se examinó su estado de salud, según informes recogidos por el telenoticiero RCN, el cual publicó las imágenes de García cuando llegó al edificio del organismo acusador.
García es acusado por la Corte Suprema de Justicia de financiar grupos paramilitares que delinquían en una zona al norte de Colombia.
La corte ordenó la semana pasada la captura de los senadores García y Jairo Merlano, así como del representante a la cámara Erik Morris, quien se entregó el martes en una estación de policía del norte de Bogotá. Hoy fue llevado a la penitenciaria de La Picota, al sur de la ciudad.
Los tres parlamentarios son oriundos del departamento de Sucre en el noroeste del país, de donde se cree saldrán otros nombres a la luz pública por sus vínculos con los paramilitares.
El miércoles, la ex congresista Muriel Benito tambien fue arrestada en Bogotá por presuntos nexos con los paramilitares.
La Comisión de Etica del senado anunció el miércoles que suspenderá temporalmente a los parlamentarios mientras se define su situación.
Las ahora desmovilizadas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) nacieron hace unos 20 años como un mecanismo de protección de terratenientes que eran acosados con el secuestro y la extorsión por las guerrillas.
Pero las AUC pronto se desviaron de su finalidad original: se involucraron en el tráfico de estupefacientes, en el asesinato selectivo y en crímenes atroces contra la población civil.