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Santiago: Sábado 23 de noviembre del 2024 | Actualizado 19:06
EMSDETTEN.- Un frustrado pero sangriento asalto a una escuela en el oeste de Alemania por parte de un ex alumno acabó hoy con el agresor muerto y 27 heridos con impactos de bala, algunos de ellos escolares.
El ex alumno, de apenas 18 años, entró enmascarado y armado con una pistola en el instituto de educación secundaria Hermanos Scholl de la localidad de Emsdetten, en Westfalia, y comenzó a disparar a su alrededor.
El cadáver del joven tenía explosivos adheridos al cuerpo que fueron desactivados por la policía, que aseguró que el secuestrador no fue sometido por las balas de los agentes y consideró probado que él mismo se quitó la vida.
Entre los heridos de bala se encuentran cuatro alumnos y el conserje del centro. El resto de heridos sufrió en su mayoría una contaminación por gases tóxicos, en vista de que el agresor lanzó bombas de gas en el pasillo, para lo cual portaba una máscara de gas.
El joven, quien había abandonado la escuela el año pasado, publicó en Internet un carta de despedida en la que afirmó que perpetró el baño de sangre por "frustración". "Lo único que me han enseñado intensamente en la escuela es que soy un perdedor", escribió el fallecido, a quien sus ex compañeros y profesores le atribuyen una cercanía a cultos satánicos.
"Os habéis reído de mí. Yo he hecho lo mismo con vosotros, pero mi humor es diferente", añadió el agresor, quien en fotografías en Internet aparece posando con armas, entre ellas una ametralladora.
"Quiero que mi cara se quede grabada en vuestras mentes. Quiero venganza! Os odio a vosotros y vuestra manera de ser. Todos tenéis que morir!", escribió. Según versiones de medios de comunicación, el fallecido había repetido curso en tres ocasiones y era aficionado a videojuegos violentos. Al parecer, había reproducido la escuela como escenario de un popular videojuego de tiroteos.
Mientras duró el baño de sangre, el edificio estuvo rodeado por unidades de las fuerzas de operaciones especiales. Ante el centro se congregó un grupo de padres y escolares, muchos de los cuales se encontraban envueltos en lágrimas. Un representante de la fiscalía afirmó que ninguna de las víctimas corre peligro de muerte, aunque señaló que las heridas de bala son en parte graves.
