MOGADISCIO.- Las inundaciones registradas en los últimos días en Somalia han causado más de 120 muertos, algunos de ellos devorados por los cocodrilos, y han dejado cerca de un millón de personas sin hogar, informaron hoy fuentes oficiales.
Las inundaciones han afectado a seis provincias del centro y sur de Somalia. Atender a los damnificados se ha vuelto una labor muy difícil por la falta de vías de comunicación con las áreas inundadas y la carencia de un Gobierno central en este país.
Las lluvias, que se intensificaron desde hace diez días, han dejado poblaciones bajo el agua, han destrozado puentes y caminos y han aislado a centenares de personas que en muchas ocasiones han tenido que refugiarse en las ramas de los árboles.
"Son las peores inundaciones que he visto, la zona parece un océano", declaró telefónicamente a Efe uno de los afectados que fue rescatado, Haji Qorane Osman Ali, un vendedor de la ciudad de Bulo Burte, en la región de Hiraan.
"Tres de mis hijos están desaparecidos, y mi hermana menor fue devorada por un cocodrilo", agregó.
Haji añadió que antes de ser rescatado permaneció tres días colgado de las ramas de un árbol, pero su esposa no ha podido ser rescatada y sigue junto a otros vecinos en un árbol.
"La gente tiene que subirse a los árboles para escapar del agua y de los cocodrilos. Pero hasta allí llegan también serpientes venenosas, que pican a las personas y las matan rápidamente", agregó.
Sólo en Bulo Burte, la ciudad más afectada de la región de Hiraah, ocho vecinos han sido devorados por los cocodrilos, y han tenido una muerte parecida otras cuatro personas en el distrito de Salagle.
"Por más de una semana -agregó Haji- la gente, incluidos niños, han tenido que refugiarse en los árboles y en las colinas, y están sin comida y sin agua".
"Es terrible, envíen asistencia lo antes posible, por favor", pidió telefónicamente a Efe.
La asistencia se complica porque desde 1991 Somalia vive sin un Gobierno central y en medio de luchas entre los "señores de la guerra", a las que se han unido en los últimos meses los milicianos de las cortes islámicas.
Los tribunales religiosos, que controlan Mogadiscio y vastas áreas del centro y sur del país, confirmaron que los muertos se elevan hasta ahora a 120, y los damnificados superan el millón de personas.
Agencias internacionales de asistencia, que tienen muchos problemas para desplazarse por Somalia, calculan que los damnificados son 1,5 millones, mientras que las personas que siguen en las ramas de los árboles se cuentan por miles.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) anunció ayer que ha lanzado una operación para asistir a un millón de afectados tanto en Somalia como en la vecina Kenia. Sólo en Somalia, el PMA calcula que necesitan asistencia unas 900.000 personas.
"Incluso sin inundaciones, Somalia es uno de los países más difíciles del mundo a la hora de prestar asistencia", dijo desde Nairobi el director de la oficina del PMA para Somalia, Peter Goossens.
Según datos de la ONU, en las últimas seis semanas la mayor parte de Somalia ha recibido un 300 por ciento más de lluvia que el nivel normal.
Las cortes islámicas de Somalia han designado un comité para asistir a las áreas afectadas, y han hecho llamamientos a la población para que se movilice y ayude a las personas que han quedado sin hogar.
El vicepresidente de la Unión de Cortes Islámicas, Abdulkader Ali Omar, señaló que la gente ha comenzado a colaborar enviando dinero, comida y ropa.
"Hemos reunido cerca de 300.000 dólares en un sólo día mediante una colecta. Es un buen comienzo, pero no es suficiente para toda la gente que está en las colinas y en los árboles", afirmó.
Las lluvias se intensificaron después de que Somalia sufriera durante seis meses una grave sequía, que destruyó cerca del 80 por ciento de la cabaña del país y causó centenares de muertos.