LA PAZ.- La resistencia civil a las reformas del presidente boliviano Evo Morales, plasmada en una huelga regional, se concentró este viernes en tres ciudades, entre ellas la rica y poderosa Santa Cruz, decidida a impedir que el oficialismo hegemonice la Asamblea Constituyente.
El paro convocado por organizaciones abiertamente opuestas al mandatario izquierdista se focalizó además de la ciudad de Santa Cruz (este), en áreas urbanas de Beni (noreste) y Tarija (sur).
La protesta concluyó hacia las 18 horas locales (22 horas GMT) sin más saldo que pequeñas escaramuzas y conatos en Santa Cruz.
Los promotores de la huelga, líderes civiles y gobernadores que celebraron "’el éxito’’ de la medida, dijeron que analizan ahora la probabilidad de declararse desde el lunes en huelga de hambre hasta que Morales acepte que la Constituyente apruebe decisiones por mayoría de dos tercios (170 de 255 votos) y no con mayoría de mitad más uno como ya aprobó el oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS), que controla el 51% del órgano.
La huelga tuvo efecto menguado en Cochabamba, de población mayoritariamente quechua y plaza electoral de Morales, y más aún en Pando (norte), cuyo gobernador y dirigentes civiles se han alineado en la oposición regional que lidera Santa Cruz.
La presión de comités cívicos y gobernadores de Santa Cruz, Tarija y Beni, no tuvo eco en La Paz, sede del Ejecutivo, Oruro, Potosí y Chuquisaca, donde las actividades se desenvolvieron con normalidad.
El político empresarial Comité Pro Santa Cruz (CPSCZ), locomotora de la resistencia a Morales, calificó de "exitosa y contundente’’ la aplicación de la medida que detuvo por completo la actividad de esa ciudad la más poblada y pujante del país.
La medida fue impuesta por la fuerza en calles y avenidas tanto en Santa Cruz como en Beni por vía de grupos radicales.
El acatamiento más "disciplinado’’ y pacífico tuvo lugar en Tarija.
Las principales avenidas de Santa Cruz, bastión de la oposición, fueron vigiladas por la ultraderechista Unión Juvenil Cruceñista, integrada por élites civiles, que obligaron a conductores de vehículos y transeúntes a cumplir la huelga, de acuerdo con imágenes del estatal canal Siete.
El presidente del CPSCZ, Germán Antelo, que el jueves convocó a un "paro pacífico’’, negó tal extremo.
El Ejecutivo minimizó el impacto de la huelga "violenta’’ en Santa Cruz y "parcial’’ en las otras dos regiones, según la ministra de Gobierno, Alicia Muñoz.
El portavoz presidencial explicó que sólo en Santa Cruz "se estaría obligando y amedrentando para paralizar actividades, sin embargo hemos podido tener la información de que el paro es relativo, hay zonas marginales que están realizando sus tareas en forma normal’’.
La Iglesia Católica convocó al diálogo. El nuncio apostólico Ivo Escapolo, cabeza del cuerpo diplomático acreditado en el país, señaló el "deber moral de buscar soluciones a través del diálogo y la concertación, respetando los derechos fundamentales y evitando la violencia’’.
Sin embargo, el paro no alejó la posibilidad de que el domingo se encuentren gobierno y dirigentes cívicos de las 9 regiones bolivianas en un intento de enfriar la ya caldeada situación política.
La agenda del eventual encuentro considera la revisión del mecanismo de aprobación de una nueva Constitución por consenso y el congelamiento de la propuesta gubernamental para remover a prefectos (gobernadores) mediante censuras en el Congreso.
Por medio de uno de sus más prominentes constituyentes, Roberto Aguilar, el MAS dijo que no negociará su mayoría en la Asamblea.
La protesta regional se registraba al tiempo que tres personas, entre ellos el novelista Juan Claudio Lechín, hijo de un legendario luchador sindical, mantenían por tercer día consecutivo en una parroquia de La Paz una huelga de hambre en pro de "una victoria de los dos tercios’’ en la Asamblea.
Mientras tanto Morales cerraba en Cuba una gira que lo llevó a Holanda y Nigeria.