BRASILIA-. El Presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, afirmó hoy mediante un comunicado oficial, que el fallecido ex gobernante chileno Augusto Pinochet, representó "un periodo sombrío de la historia".
"El general Augusto Pinochet simbolizó un periodo sombrío en la historia de América del Sur. Fue una larga noche en que las luces de la democracia desaparecieron, apagadas por golpes autoritarios", sostiene el documento, que no lamenta la muerte del ex dictador.
"Cabe hacer votos para que nunca más la libertad en la región sea amenazada, y para que en cada país, los pueblos siempre puedan resolver en paz sus diferencias", agrega.
Por su parte, el gobernador electo de Sao Paulo, el socialdemócrata José Serra, manifestó que Pinochet "fue alguien que seguramente no dejó nostalgia", y que "dio un mal ejemplo para América Latina y para el resto del mundo".
Serra vivía exiliado en Chile cuando ocurrió el golpe de estado en ese país, en septiembre de 1973, y llegó a estar preso por el régimen comandado por Pinochet.
Para el alcalde de Río de Janeiro, el conservador Cesar Maia, la muerte del general no significa que éste haya escapado a la condena por los crímenes cometidos durante su pasaje por la presidencia de su país, entre 1973 y 1990.
En su opinión, Pinochet "ya había recibido una pena de muerte política", en virtud de la "desmoralización internacional de su forma de hacer política".
El diputado Luiz Eduardo Greenhalgh del Partido de los Trabajadores (PT), quien integró el movimiento internacional de defensa de los derechos humanos denominado "Clamor", que actuó en Argentina, Brasil y Chile durante los períodos de dictadura militar en esos países, afirmó que hoy "murió el mayor dictador de todos los tiempos en América Latina".
Pinochet era una persona "que siendo Presidente de la República se involucró directamente en la tortura y el exterminio de opositores al régimen chileno", agregó el diputado, quien consideró "una pena" que el ex dictador no haya vivido lo suficiente para ser juzgado por los crímenes que cometió.
El presidente interino del PT, Marco Aurelio García, quien vivió en Chile entre los años 1970 y 1973 y también llegó a estar preso junto a su familia tras el golpe militar en ese país, también lamentó que el general haya muerto antes de ser juzgado.