SAO PAULO.- Brasil está conmovido por el caso de un niño de ocho años que sobrevivió comiendo raíces y barro y tomando agua de lluvia durante ocho días dentro de un pozo de seis metros de profundidad, en la periferia de Goiania, capital del estado de Goiás, centro del país.
El caso se conoció hoy luego del rescate del niño, quien en el barrio de Senador Canedo de Goiania se dirigía hacia su casa y prefirió cortar camino por el monte, donde cayó en un pozo de seis metros de profundidad.
La prensa brasileña informó hoy que el niño sobrevivió al frío cubriéndose el cuerpo con tierra y para alimentarse comía raíces y barro, lo único posible de hallar en el agujero.
Durante los seis días el niño estuvo gritando pero la casa más próxima al agujero estaba ubicada a 200 metros. Hasta que, ya debilitado por la falta de alimentos, decidió quitarse la ropa y sus pantalones lograron salir del agujero, lo que permitió al dueño de una granja cercana encontrar al niño.
"Cuando miré para abajo, el me pidió comida", contó el granjero Valdeci Sobrino. El niño se encuentra internado en el Hospital Infantil de Goiania y se "recupera lentamente, todavía tiene hambre, porque llegó desnutrido, deshidratado y con un trauma emocional muy grande", dijo el médico que lo recibió, Ivan Isac.
El único pedido especial que hizo a los médicos el niño era un video juego electrónico. Aparentemente la familia del niño no tiene condiciones económicas para mantenerlo por lo que el Consejo Tutelar del Menor recomendó permanecer a cargo del niño hasta su recuperación.