CIUDAD DE PANAMÁ.- Unos 40 niños indígenas murieron en noviembre a causa de hambre en la comarca Ngbe Buglé, al occidente de Panamá, denunció hoy Sadrino Montezuma, un promotor de Salud en apartadas áreas montañosas.
En declaraciones al diario local "El Panamá América", Montezuma dijo que presenció la impresionante muerte de un niño devorado por la pobreza. "La criatura no pudo más y la venció el hambre", recalcó.
El funcionario habita en Hato Chamí, en la provincia de Chiriquí, limítrofe con Costa Rica, donde autoridades de Salud reconocen que 15 de cada 20 menores, el 75 por ciento de los niños atendidos por médicos, padecen de algún grado de desnutrición.
"La mayoría de los infantes sufren de desnutrición. Cuando yo veo a alguien en mal estado, les digo que tienen que acudir al Centro de Salud, pero cuando lo intentan es demasiado tarde", advirtió Montezuma.
Los Ngbe Buglé son la etnia más numerosa y más pobre de Panamá. En la actualidad, este grupo humano alcanza a más de 190.000 indígenas. Muchos de ellos se alimentan con café, raíces, hojas de árboles y pocas veces consumen carne.
Tras varios siglos de conquista europea, los Ngbe Buglé fueron empujados por los colonizadores y latifundistas a tierras infértiles, donde se ganan la vida como recolectores de granos de café y actividades de subsistencia.
La pobreza indígena en Panamá afecta especialmente a niños y mujeres, y es catalogada de "abismal" por el Banco Mundial y de "masiva" y "profunda" por el Gobierno Nacional, de acuerdo con el Informe Nacional de Desarrollo Humano (INDH).
Según cifras oficiales, unos 769.000 pobres viven en el área rural en este país, de los cuales 519.000 están sumidos en pobreza extrema y son vulnerables a enfermedades como la tuberculosis.