ULEE LHEUE.- Miles de personas encendieron velas, visitaron tumbas colectivas y guardaron dos minutos de silencio hoy, dos años después de que un tsunami sin precedentes pulverizase localidades enteras a lo largo del Océano Índico y causara la muerte de 230.000 personas.
En una mezquita en Ulee Lheue, Aceh, la provincia indonesa que resultó más afectada por las monstruosas olas que salieron del mar en una brillante mañana de domingo, el imán Usman Dodi dijo a los creyentes que el tsunami fue una alerta de carácter religioso.
"Por favor, perdona a la gente que nos ha abandonado por sus crímenes", rezó el imán, volviendo al sermón que algunos líderes religiosos predicaron después del desastre que dejó 169.000 muertos en el norte de Sumatra y dejó a medio millón de personas sin hogar.
La mezquita a orillas del mar en Ulee Lheue se convirtió en la imagen de uno de los peores desastres naturales de la historia. Fue el único edificio que se mantuvo en pie tras el terremoto de magnitud 9 que resquebrajó el suelo oceánico en el norte de Sumatra, provocando olas que devastaron las costas de una docena de países bañados por el Océano Índico.
Los antiguos Presidentes de Estados Unidos, Bill Clinton y George Bush, visitaron la ciudad y ayudaron a recaudar cientos de miles de dólares para los proyectos de reconstrucción.
En un claro contraste con Aceh, donde el desastre desencadenó un histórico acuerdo de paz tras una insurgencia de tres décadas, las conmemoraciones en las áreas rebeldes de Sri Lanka se silenciaron. Un resurgimiento de la guerra civil de dos décadas en Sri Lanka ha forzado a miles de tamiles, incluidos los supervivientes del tsunami, a huir de sus hogares por segunda vez en dos años.
"No hay mucho que enseñar sobre la reconstrucción. No hay mucho que conmemorar cuando apenas has avanzado nada", dijo una fuente occidental de cooperación implicada en la ayuda tras el tsunami.
"El tsunami podía haber sido punto de inflexión en el conflicto, si ambos bandos hubieran acordado un pacto de colaboración en la ayuda. Sin embargo, ahora es un nuevo punto de división".
Cementerio anínimo
En tanto, iglesias y templos hicieron sonar sus campanas por todo el sur de Sri Lanka donde la reconstrucción es casi completa. Como en otras áreas golpeadas por el desastre, los srilankeses guardaron dos minutos de silencio en el momento que golpeó el tsunami y encendieron velas.
En Jao Lak, la zona turística del sur donde murieron la mayoría de las 5.395 víctimas de Tailandia, estudiantes y extranjeros se reunieron entorno a un barco de la guardia costera que quedó varado tierra adentro hace dos años para recordar a los seres queridos.
"No olvidaremos, pero no sueño con ello", dijo un turista alemán de más de 50 años a la televisión tailandesa. "Estaba loco hace dos años", dijo una mujer, señalando a su marido, que también sobrevivió a las mortales olas.
En la ciudad cercana de Bang Muang, monjes budistas, sacerdotes católicos y clérigos musulmanes oficiaron en la inauguración del Cementerio Anónimo, donde están enterradas 409 víctimas del tsunami que no han fueron identificadas.
Los países del Océano DIndico han instalado costosos sistemas de alerta y están realizando periódicos simulacros para preparar mejor a la población en caso de un desastre similar.