WASHINGTONG.- Los vehículos exploradores de la NASA en Marte, "Spirit" y "Opportunity", están demostrando que son como los buenos vinos: cuanto más viejos, mejores.
Ambos cumplirán el mes próximo tres años de funcionamiento continuo en la superficie del planeta, pese a que los científicos de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio les habían dado apenas tres meses de vida útil.
En los primeros meses de su labor los vehículos constataron la existencia de agua en el pasado remoto de Marte, además de enviar miles de fotografías del relieve marciano y datos sobre las características geológicas y atmosféricas del planeta.
Y ahora, cuando han comenzado a sufrir el desgaste de sus piezas y el rigor del ambiente marciano, los vehículos de seis ruedas independientes son más viejos, pero también más inteligentes, según el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL), un organismo de la NASA cuyos científicos controlan su trabajo en Marte.
"Spirit", que descendió en Marte el 3 de enero de 2003 y "Opportunity", que llegó tres semanas después, cuentan desde ahora con capacidades nuevas, instaladas por los científicos de JPL en el software de sus computadoras.
Una de ellas permitirá a los vehículos examinar ciertas imágenes captadas por sus cámaras y reconocer sus características.
Tanto "Spirit" como " Opportunity" han fotografiado miles de torbellinos de polvo marciano y las nubes sobre el planeta.
Sin embargo, los científicos que controlan la misión en la Tierra tenían que realizar un trabajo especial para diferenciarlas.
Con el añadido a su sistema informático, los vehículos exploradores, que tienen el tamaño de una lavadora, podrán diferenciar un torbellino de polvo y seleccionar las partes que sean relevantes de esas imágenes para transmitirlas a Tierra, señaló el JPL.
Para ello, el software captará los cambios en las imágenes de los torbellinos captadas con segundos de diferencia sobre un mismo campo visual.
En cuanto a las nubes, las cámaras del vehículo se centrarán en la porción de la imagen que reconozcan como el cielo, añadió un boletín de JPL.
Otra habilidad sumada al programa de los exploradores es la llamada "identificación visual del objetivo", que le permite reconocer las características del terreno sobre el cual avanza.
Según Kahled Ali, científico de la NASA en el JPL, mediante el software los vehículos actualizan constantemente las imágenes de tal manera que las identifican aunque éstas cambien a medida que se acercan.
"Una roca puede verse más grande o diferente, según el ángulo o la distancia, pero el vehículo siempre sabrá que se trata de la misma roca", señaló.
Esa “identificación visual del objetivo” se suma a otra característica que permite al brazo robótico del vehículo determinar la seguridad de sus operaciones sobre el suelo marciano.
Hasta ahora, la seguridad de esas operaciones era determinada por los ingenieros en la Tierra, quienes ordenaban al vehículo avanzar sobre el terreno cuando ésta se confirmaba.
Antes, cuando los vehículos encontraban un obstáculo, retrocedían y hacían un nuevo intento en otra dirección, seguidos de otros. Ahora serán más inteligentes en su recorrido, dijo John Callas, director del proyecto en JPL.
El científico añadió que en estos momentos los vehículos son un gran recurso para poner a prueba software y además de todo lo que han hecho "podrían ser útiles para las futuras misiones a Marte sin sacrificar para ello su propia tarea de exploración".
En estos momentos "Spirit" analiza la estructura de las rocas y el suelo de un lugar donde se estacionó para dirigir sus paneles solares hacia el sol durante el invierno marciano.
"Oportunity,” que descendió en el extremo opuesto, explora el "cráter Victoria ” cuyas laderas exponen lo que los científicos de la NASA califican como gran parte de la historia geológica de Marte.
Además de confirmar la existencia de agua en el pasado de Marte, transmitir miles de fotografías a la Tierra y analizar la estructura geológica y atmosférica del planeta, “Spirit” y “ Opportunity " también han encontrado meteoritos metálicos, uno de ellos con una composición similar a la de uno de esos objetos que cayó en nuestro planeta procedente de Marte.