RIO DE JANEIRO.- Nuevos ataques contra objetivos policiales dejaron dos heridos en Río de Janeiro la noche entre sábado y domingo, víspera de Año Nuevo, días después de que el jueves pasado se iniciara una ola de violencia criminal con un saldo de 24 muertos, informaron fuentes de la policía.
Dos comisarías policiales -la 28ª en Campinho (zona Norte) y la 6ª en el centro de la ciudad-; dos puestos móviles de la Policía Militarizada en los barrios Cidade de Deus y Jacarepaguá (zona Oeste); y una cámara muncipal en la Baixada Fuminense (en la zona metropolitana) fueron atacados a tiros.
Uno de los atacantes a la comisaría de Campinho, un presunto narcotraficante, resultó herido en el tiroteo que se generó con los agentes policales.
Por otra parte, en un ataque contra una bomba de gasolina, en Bras de Pina (zona Norte), una persona en situación de calle fue baleada, tras haber buscado refugio en el local.
Finalmente, tres granadas fueron lanzadas contra un cuartel de bomberos en Santa Teresa (zona Sur), sin dejar víctimas.
Pese a la reanudación de los atentados, el comandante de la Policía Militarizada, coronel Hudson de Aguiar, aseguró que "la seguridad está garantizada para la fiesta de Año Nuevo", principlamente en las playas de Copacabana e Ipanema.
"La situación de la región metropolitana está bajo control policial", aseguró Aguiar.
Para la celebración de Año Nuevo, la policía anunció que la vigilancia contará con 20% más de hombres que el año pasado, y se integrará con 2.500 policías militarizados, 660 guardias municipales, 450 bomberos y 120 efectivos de la Defensa Civil.
El Presidente Luiz Inacio Lula da Silva anunció el sábado en Brasilia que el gobierno federal ayudará a Río de Janeiro en su lucha contra la violencia, pero no interferirá en las decisiones del Estado.