WASHINGTON.- De vuelta tras una semana de vacaciones en Texas, el presidente George W. Bush deberá dar los últimos toques a su nueva estrategia para Irak ante un congreso a partir de ahora controlado por los demócratas y en medio de una creciente insatisfacción entre algunos miembros del ejército.
Un día después de que el número de muertos en Irak alcanzara los 3 mil, el Presidente y la primera dama regresaron a Washington el lunes por la tarde desde su rancho en Crawford, Texas.
Pararon brevemente en la Casa Blanca antes de ir al Capitolio, donde el cuerpo del presidente Gerald R. Ford yace en capilla ardiente.
Pero los indicios de una tormenta por el cambio de estrategia sobre Irak ya estaban presentes en una encuesta publicada por el diario privado Military Times. Un cuestionario enviado a suscriptores indicó que sólo un 35 por ciento del personal en servicio aprobaba la gestión de Bush de Irak y un 42 por ciento la desaprobaba.
Pese a que no está afiliado con las fuerzas militares, el diario tiene seguimiento entre los servicios armados y la encuesta, publicada en su sitio de Internet, fue ampliamente citada durante el fin de semana. El diario dijo que había un 95 por ciento de probabilidades de que los resultados fueran precisos con un margen de 3 puntos porcentuales.
En su rancho, Bush se reunió con sus máximos colaboradores para analizar cómo lidiar con la guerra iniciada hace 3 años en Irak, incluyendo la posibilidad de que un incremento de la presencia de tropas pueda ayudar a contener la violencia.
Se desconoce la fecha en la que Bush podría anunciar su nueva estrategia, posiblemente a nivel nacional.
Algunos expertos especulan con que podría ser dentro de pocos días, -antes del discurso del estado de la unión el 23 de enero- y podría incluir un incremento de entre 15 mil y 30 mil tropas de combate, sobre todo para intentar poner fin a las luchas sectarias y frenar los escuadrones de la muerte en Bagdad.
Si lo hace, desencadenará una lucha en el congreso donde los demócratas, quienes tomarán el control tanto de la cámara de representantes como del senado esta semana tras ganar en noviembre las elecciones del congreso, quieren una retirada paulatina de las tropas estadounidenses y no un incremento, informó Reuters.