ÁMSTERDAM.- El alcalde de Ámsterdam , Job Cohen, ha lanzado un ataque contra los "barones" de la prostitución del Barrio Rojo y ha pedido a los bancos que financien a los "empresarios honestos" de la zona, para neutralizar a los prestamistas dudosos.
"Se trata de un ataque frontal", destinado a romper los vínculos entre la prostitución, legal en Holanda desde 2001, y el hampa, que se sirve de ella para blanquear dinero, según declaró el alcalde al diario Het Parool.
"No queremos cerrar el barrio", afirmó Hendrik Wooldrik, portavoz del diario, que reconoce su poder de atracción para millones de turistas. "Pero la municipalidad tiene la responsabilidad de los permisos de explotación y no quiere colaborar con actividades criminales".
Para permitir que se desarrolle una prostitución "transparente", Cohen invitó a los bancos a prestar a los empresarios "honestos", por ahora obligados a trabajar con el mercado "paralelo".
"Los bancos no han corrido al llamado. La legalización no significa que el sector se haya vuelto frecuentable", explica Hein Blocks, director de la asociación de bancos holandeses (VNB).
Es por esto que la alcaldía quiere limpiar la zona. "La tercera parte de las ha sido inspeccionada. Las otras seguirán", explica Wooldrik.
Sólo un tercio de las empresas controladas han conservado su permiso de funcionamiento. Las otras han apelado, pero si pierden serán cerradas.
Barrio Rojo
El sector más visible de la prostitución en Ámsterdam se sitúa desde hace más de cien años en el Barrio Rojo, en el centro de la ciudad, donde junto a los canales y fachadas del siglo XVII se suceden peep-shows, sex-shops y vitrinas con mujeres dentro, exhibiéndose.
La táctica de la alcaldía provocó la cólera del sindicato de prostitutas De Rode Draad. "Unos 200 empleos están amenazados", afirma su portavoz, Metje Blaak. "Y la situación de las mujeres no mejorará", indica.
"Se puede intentar limitar a los patrones de mala fe, pero eliminarlos completamente es imposible. Lo que está haciendo el alcalde es dificultar la prostitución para bloquear a los empresarios. La prostitución no cesará, pero quién sabe a dónde iran a parar las mujeres", se quejó.
Uno de los principales empresarios en la mira es Charles Geerts, un ex horticultor que ha hecho una fortuna inmobiliaria en el barrio. También es llamado el "rey del Barrio Rojo" y tiene la reputación de actuar como un banquero en el sector.
Si se mantienen las actuales decisiones, Geerts ha amenazado con ocultar sus vitrinas y transformar el Barrio Rojo en un "barrio fantasma", centro de la prostitución ilegal y del tráfico de drogas.
Para lanzar su ofensiva, la alcaldía de Ámsterdam se ha apoyado en una ley de 2003 contra el crimen organizado, que le permite retirar sus permisos de funcionamiento a las personas o empresas sospechosas de actividades criminales, sin tener que probarlas.