TEGUCIGALPA.- Los secuestradores de José Lito Erazo Santos abandonaron al joven de 15 años de edad al detectar la presencia de vehículos policiales cerca del lugar donde lo mantuvieron cautivo durante nueve días en el oeste de Honduras, informaron el martes las autoridades.
“La población nos ayudó a localizar el sitio en donde los delincuentes retenían al muchacho”, dijo en rueda de prensa el vocero policial, Walter Romero.
Informó que “los secuestradores tenían esposado, vendado y con su rostro cubierto con un pasamontañas al joven en una montaña de la provincia de Santa Bárbara”, fronteriza con Guatemala, y a unos 350 kilómetros al oeste de Tegucigalpa.
Romero señaló que “los maleantes huyeron del lugar al percatarse de la presencia de los vehículos policiales y dejaron solo al niño, que corrió hacia una carretera cercana, donde lo vimos y lo entregamos de inmediato a su familia”.
El joven era mantenido en un paraje de la montaña bajo un techo improvisado de plásticos y sobre una colchoneta. Cerca de él, sus dos captores dormían en un cartones a la intemperie.
En el lugar la policía encontró alimentos, botellas de gaseosas e insecticidas que utilizaban para protegerse de los insectos.
El niño presenta escoriaciones en su rostro y la mayor parte de su cuerpo
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Romero aseguró que la familia Erazo Santos no pagó los 250.000 dólares exigidos por su rescate.
La policía arrestó a una menor de edad por sospechar que ella se comunicaba repetidamente a través de un teléfono celular con la familia de José Lito.
Tres hombres armados y encapuchados secuestraron el 7 de enero a José Lito en una gasolinera en las afueras de La Entrada, a unos 300 kilómetros al oeste de esta capital. El estaba en su automóvil con una amiga de 14 años cuando los delincuentes los interceptaron a ambos y luego los obligaron a abordar otro vehículo para salir de allí. A ella la abandonaron en las cercanías.
El joven es hijo de Jose Lito Erazo, dueño de una ferretería del barrio El Centro de La Entrada. Estudia en un colegio público de la Entrada.
Fue el primer plagio que ocurrió este año en Honduras. En el 2006 se registraron seis, en su mayoría niños y adolescentes.