BEIJING.- La última maniobra censora de Beijing para impedir el debate sobre episodios históricos sensibles, se ha llevado por delante a ocho libros en los que intelectuales chinos abordan temas como la prensa, la Revolución Cultural o la carrera por un cargo político, informa hoy el diario "South China Morning Post".
Según el rotativo, la Administración General de Prensa y Publicaciones (GAPP, siglas en inglés), prohibió la publicación de obras como "Historias pasadas de las estrellas de la Ópera de Beijing", de Zhang Yihe, o las memorias del veterano editor del "Diario del Pueblo", Yuan Ying.
Fuentes de la administración consultadas por el "South China Morning Post" apuntaron que el subdirector de la GAPP, Wu Shulin, afirmó que los ocho textos "se habían pasado de la raya" y el libro de Yuan había revelado secretos de Estado.
Las memorias de Yuan están tituladas "Las otras historias de la Historia: Mis días en la división de suplementos del 'Diario del Pueblo'", y narran sus años como editor en el histórico periódico.
"Esta prohibición resulta ridícula e infantil dado el flujo libre de información en la era de Internet", señaló Yuan, quien aseguró que su libro había sido bien recibido y distribuido por la red y en papel, aunque lamentó "el intento de cambiar la historia borrando las memorias de la gente".
En el caso de "Historias pasadas de las estrellas de la Ópera de Beijing", aunque el contenido del libro es artístico, la censura responde a la familia de su autora, Zhang Yihe, hija de un intelectual de derecha de la década de los '50, Zhang Bojun.
"Prohibieron mi libro porque yo lo escribí", afirmó al rotativo Zhang, quien explicó que "a ojos de algunos oficiales del Partido Comunista Chino (PCCh), todavía soy una activista anti-revolucionaria".
Zhang, cuyos dos libros anteriores también fueron prohibidos por las autoridades, criticó que "la situación no ha mejorado para los intelectuales en los últimos 50 años, cuando el desastre les visitó", en referencia al acoso sufrido entonces por su padre y otros demócratas por parte de extremistas maoístas.
"Siento el daño que le haya podido producir a la editorial", lamentó Zhang, quien aseguró que seguirá escribiendo para defender "los derechos de expresión y publicación de los intelectuales".
El resto de obras censuradas son reflexiones de intelectuales sobre acontecimientos sociales e históricos de las últimas seis décadas como la Revolución Cultural (1966-1976), o el Gran Salto Adelante (década de los '50), que despiertan el recelo de las autoridades chinas.
Por medio de departamentos como el GAPP o la Administración Estatal de Radio y Televisión, Beijing ejerce una estricta censura sobre los contenidos de los medios de comunicación y otras formas de expresión, locales o extranjeras, en un intento por controlar el acceso de sus ciudadanos a la cultura.