Barcelona.- Un español denunció ante los tribunales que encontró en su casa de Barcelona a cuatro chilenos que vivían sin su consentimiento.
Los cuatro chilenos argumentan por su parte que tienen un contrato verbal de alquiler con una mujer que se presenta a cobrar todos los meses.
Según comentó Veiret, él inmueble lo heredó de sus padres, por lo que pensaba establecer su residencia en ese lugar. Además, agregó que la casa estuvo alquilada durante unos años, pero luego que sus habitantes no pagaran el arriendo, tuvieron que desahuciarlos.
Sin embargo, los anteriores ocupantes, a los que incluso habían cortado la luz y el agua por impago, habían dejado la casa en tan mal estado, que incluso era necesario realizar algunos arreglos antes de poder habitarla.
Veiret se presentó un día en el inmueble con la intención de tomar medidas para decidirse por el presupuesto más idóneo, pero no pudo ingresar porque habían cambiado la cerradura. Según relató, al llamar a la puerta y, a pesar que al interior se veía luz y se oían voces, nadie abrió.
Acto seguido, llamó a la policía regional, la que al concurrir al recinto pudo conversar con uno de sus habitantes, el que declaró estar arrendando el domicilio desde hace varios meses.
Veiret denunció estos hechos el pasado 28 de noviembre ante un juzgado de Barcelona, donde presentó copias de documentos del registro civil que lo acreditaban como propietario del domicilio.
El 11 de enero, la jueza recibió el atestado policial en el que se identificaba a los cuatro inquilinos y les imputaba un presunto delito de ocupación ilegal y otro de usurpación de fluido eléctrico y agua.
El próximo lunes, la jueza tomará declaración al dueño de la vivienda y el jueves interrogará a los supuestos ocupantes, que han sido citados mediante la policía regional, para, entre otros aspectos, averiguar si han sido o no víctimas del estafador que ellos aseguran les alquiló verbalmente el piso.
Una vez se esclarezca la situación, la jueza podría ordenar el desalojo del lugar.
Uno de los inquilinos chilenos, Luis D. Alvarez, reconoció en declaraciones que publica hoy el diario "La Vanguardia" que "aún no entiendo cómo me he visto involucrado en todo este asunto. Yo sólo quiero trabajar y vivir tranquilo".
Luis explica que se da cuenta que el dueño del piso "está en todo su derecho" a reclamarlo, pero no se considera un "okupa", es decir, personas que viven ilegalmente en una vivienda desalojada.
Este chileno, que llegó a España hace cuatro años y que trabaja como pintor, sólo pide tiempo porque "no tengo adónde ir".