RÍO DE JANEIRO.- El Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, afirmó hoy que emprenderá nacionalizaciones masivas "en caso de que sea necesario" y si las empresas privadas se niegan a cumplir una función social.
No obstante, dijo que no tiene planteado por ahora nacionalizar grandes empresas básicas de minería y metales, como la siderúrgica Sidor y la fabricante de aluminio Alcasa, que operan en el estado de Bolívar (sur).
En declaraciones efectuadas tras la Cumbre del Mercosur, Chávez dijo que todo dependerá de las circunstancias.
"Creo que no. No tenemos eso en los planes. Ahora, dependerá. Los procesos son dinámicos. Si esas empresas privadas, nacionales o trasnacionales, no entienden el proceso y quieren sabotearlo, las nacionalizaremos, sean cuales sean", dijo Chávez sobre los próximos pasos de sus reformas económicas.
El ex militar, reelegido para gobernar al menos hasta el 2013 el quinto mayor exportador de petróleo del mundo, promueve profundas reformas económicas y nacionalizaciones de empresas de telefonía y energía en un proceso que define como "revolución bolivariana" rumbo al "socialismo del siglo XXI".
Sus anuncios, hasta ahora poco explicados, alimentaron incógnitas dentro y fuera de Venezuela y fueron interpretados por sus críticos como un paso al comunismo, lo que él niega.
"No estamos planteándonos el comunismo. Creemos y queremos que el sector privado nacional se incorpore (al proceso), pero subordinando sus intereses egoístas", aseguró cuando se le preguntó sobre la situación de la propiedad privada en su nuevo gobierno.
Dijo que impulsará el "cooperativismo" y la cogestión de empresas entre propietarios y trabajadores.
Chávez es el más cercano aliado de Cuba, que tiene uno de los últimos gobiernos comunistas del mundo. Pero afirmó que la orientación económica de su proyecto responde a un modelo propio y "está en plena construcción".
Afirmó que pretende construir un modelo económico "productivo, diversificado". Pero recalcó, como lo ha hecho otras veces, que a su juicio "la propiedad privada no es sagrada, sagrado es Dios".
Chávez, señalado por sus opositores como un "autócrata" que quiere concentrar en sus manos el poder de todas las instituciones, fue reelegido en diciembre por un 65% de los votos válidos en un proceso, con una abstención del 25% y en el que la oposición obtuvo el 39%.
Ahora se apresta gobernar por decreto durante 18 meses gracias a una ley de poderes especiales ya aprobada en primera discusión por la Asamblea Nacional.