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Presidente Bush llamó al Congreso de EE.UU. a aprobar reforma migratoria

"Impulsar la esperanza y las oportunidades en nuestro país requiere un sistema migratorio que sea digno de Estados Unidos, con leyes que sean justas y fronteras seguras", afirmó el Mandatario, en su primer discurso sobre el Estado de la Unión ante un Congreso controlado por los demócratas.

23 de Enero de 2007 | 23:28 | Agencias
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El Mandatario estadounidense dijo que se necesita solucionar la situación de los inmigrantes ilegales "sin animosidad y sin amnistía".

EFE

WASHINGTON.- En su discurso sobre el Estado de la Unión, el Presidente estadounidense, George W. Bush, llamó al Congreso norteamericano a aprobar una reforma de la ley de inmigración que abra el camino a la regularización de indocumentados, como lo desea la oposición demócrata.


"Impulsar la esperanza y las oportunidades en nuestro país requiere un sistema migratorio que sea digno de Estados Unidos, con leyes que sean justas y fronteras seguras", afirmó esta noche el Presidente, en su primer discurso sobre el Estado de la Unión ante un Congreso controlado por los demócratas desde 2001.


"Cuando no se respetan las leyes y las fronteras, esto hace daño a los intereses de nuestro país", explicó.


"No podemos garantizar la seguridad completa de nuestras fronteras si no reducimos la presión sobre la frontera y esto requiere un programa de trabajo temporal", añadió.


"Necesitamos solucionar la situación de los inmigrantes ilegales que ya están aquí, sin animosidad y sin amnistía", agregó.


Bush volvió a proponer la implementación de un programa de trabajadores temporales, para que inmigrantes puedan ingresar legalmente al país, ocupar empleos y luego volver a sus naciones de origen.


De esta manera, aseguró, existirá un "camino legal" para los inmigrantes y se desactivará el negocio del contrabando de personas.


Además, dijo Bush, se "proveerá de herramientas" a las empresas estadounidenses para que puedan chequear el estatus legal de sus empleados. Así, dijo "no tendrán excusas" para violar la ley contratando inmigrantes ilegales, los cuales a menudo cobran salarios por debajo de los estándares locales.


Bush dijo que, en lo que queda de su mandato, espera redoblar los controles fronterizos y llamó al Congreso para aprobar una "reforma integral" que pueda abrir las puertas a los trabajadores temporales y ayudar a integrar a los nuevos habitantes.


En el Congreso existen actualmente dos proyectos, uno de los diputados, que criminaliza a los indocumentados y es considerado anti-inmigrante.


Los senadores, por su parte, pusieron a punto un proyecto que prevé la legalización progresiva de los indocumentados, una iniciativa que sectores conservadores denunciaron como una "amnistía encubierta".


"Tengamos un debate serio, civilizado y conclusivo -pidió Bush-, así ustedes pueden pasar, y yo firmar una reforma migratoria integral".


Reforma bloqueada


El 2006, la reforma migratoria prometida por Bush hace tres años quedó bloqueada en el Congreso por la oposición de los republicanos de la Cámara de Representantes, que sufrieron una severa derrota en las elecciones de noviembre tras centrar su campaña en la lucha contra la inmigración ilegal.


El Congreso sólo aceptó la construcción de un muro de cerca de 1.200 kilómetros en la frontera con México, a pesar de las multitudinarias manifestaciones celebradas por todo el país de marzo a mayo para exigir la regularización de los indocumentados.


La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el jefe de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, ya se comprometieron a trabajar con el Mandatario si demostraba en su discurso la voluntad de sacar adelante una reforma que prometió hace tres años exactamente.


El veterano senador Ted Kennedy, que lideró los esfuerzos por la reforma el pasado año, se congratuló por la decisión de Bush, aunque también le pidió que "mantenga sus esfuerzos con los miembros de su partido para que podamos aprobar una ley que resuelva el problema de una vez por todas".


Hace un mes, Bush ya había manifestado su intención de trabajar con los demócratas y su propio partido para poder cumplir este año su promesa de reformar el sistema de inmigración y crear un sistema de trabajo temporal para los extranjeros, que abriría el paso a la regularización de millones de indocumentados.


Para aumentar la presión sobre el Congreso, una amplia coalición ha sido creada la semana pasada, que incluye a sindicalistas, empresarios, obispos, así como organizaciones hispanas.


A pesar del compromiso de Bush y de los demócratas, el futuro de la reforma todavía no está muy claro.


Como advirtió el senador hispano Ken Salazar (Colorado), el tema debe ser tratado antes de que el país entre plenamente en la campaña para las presidenciales de 2008 y se compliquen así las posibilidades de aprobar una reforma que los republicanos bloquearon en septiembre antes de las elecciones legislativas de noviembre.

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