WASHINGTON.- Wynonia Pallmeyer, una viuda de 86 años de edad, sorprendió al fallecer dejando a un pueblo del estado norteamericano de Texas una donación de 4 millones de dólares.
"No me sorprende su generosidad, aunque sí la cantidad de dinero que poseía", comentó Martha Bennett, vicepresidenta del banco de la localidad tejana.
Pallmeyer nunca vivió en Grandview, un pueblo de 1.400 habitantes que alberga uno de los mejores Hogares de Ancianos de Texas, pero condujo 56 kilómetros una vez al mes durante más de una década para ver a su marido, Edward, enfermo y allí internado.
Como no tenía herederos, Pallmeyer solicitó en su testamento que tres amigos suyos formasen una comisión para decidir la distribución de la herencia tras su muerte
"Pero dejó claro que quería que su dinero fuese destinado a causas benéficas", aclara el reverendo Donnie Voss de la Iglesia baptista Travis Avenue, a la cual Pallmeyer pertenecía.
A pesar del Mercedes que poseía, las joyas y los diamantes que lucía, sus amigos más cercanos señalan que nunca hizo ostentación de su riqueza. De hecho, vivía en una casa construida en 1959, valorada en algo más de 150.000 dólares.
La Asociación de Jóvenes de Grandview, con 200.000 dólares; el centro comunitario del pueblo, con 800.000; universidades del norte de Texas; un asilo para vagabundos y una fundación benéfica, se repartirán el resto de la herencia.
Los líderes de la comunidad afirman que el legado que deja Pallmeyer y lo que significará para Granview no puede ser subestimado.
"En Grandview poseemos una comunidad de negocios pequeña y, obviamente, hay dificultades para hacer frente a los gastos", dijo Robert Stewart, presidente del banco de la localidad.