PARÍS.- La norma que prohibirá fumar en los centros de trabajo y otros lugares públicos cerrados de Francia entrará en vigor mañana y cambiará la vida de unos quince millones de fumadores, aunque bares y restaurantes tendrán de plazo de adaptación hasta el uno de enero próximo.
La imagen de un grupo de empleados que se congregan en la calle, a la entrada de su oficina, para fumar un cigarrillo empezará a ser más habitual en las ciudades francesas a partir de este jueves, en aplicación de una norma aprobada por el Gobierno conservador en noviembre pasado.
La prohibición de fumar afecta a empresas, centros de enseñanza, oficinas de la Administración, comercios, aeropuertos y estaciones, locales deportivos y de espectáculos, así como a todos los medios de transporte colectivo.
En Francia hay unos quince millones de fumadores mayores de edad, aunque una norma como la que entra en vigor tendrá efecto en varios millones más, que hasta ahora estaban considerados como "fumadores pasivos".
Los que incumplan la prohibición podrán ser sancionados con una multa de 68 euros y los responsables de establecimientos que no hagan valer la normativa podrían abonar hasta 135 euros.
Con retraso respecto a otros países de su entorno, el Gobierno francés se ha unido a la tendencia general a la prohibición del tabaco en los lugares públicos y ha tenido en cuenta los gastos que ese hábito tiene en las cuentas públicas.
En concreto, se calcula que los gastos sanitarios vinculados al tabaco ascienden a unos 18.000 millones de euros al año, por bajas laborales o tratamientos a cuenta del erario público de enfermos por problemas del aparato respiratorio, cardiovascular o por cáncer.
El Ministerio de Sanidad considera que el tabaco está relacionado con la muerte de unas 66.000 personas cada año.
La norma que entra en vigor mañana es el último paso de una cadena de medidas que los Gobiernos franceses han tomado desde hace treinta años respecto al tabaco.
La prohibición de la publicidad de tabaco en determinados lugares, la de fumar en hospitales, la de venta de cigarrillos a los menores de dieciséis años, han sido imposiciones en épocas anteriores, junto al aumento del precio muy por encima de lo habitual o la inclusión de anuncios sobre el riesgo de fumar en las cajetillas.
En las empresas se podrán establecer lugares para fumar, que no deberán ser mayores de 35 metros cuadrados y que deberán estar cerrados herméticamente y contar con un mecanismo de extracción del aire que lo renueve totalmente al menos diez veces cada hora.