PARÍS.- Más de 40 países apoyan la creación de una organización de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente propuesta en la conferencia internacional "Ciudadanos de la tierra", que se cerró hoy en París con un llamamiento a combatir la degradación del planeta que ha llegado "al límite de lo irreversible".
"Hoy, sabemos que la humanidad está destruyendo, a una velocidad aterradora, los recursos y equilibrios que han permitido su desarrollo y que determinan su futuro", reza el "Llamamiento de París", leído al final de la conferencia por el anfitrión, el Presidente francés, Jacques Chirac.
El texto promueve la transformación del actual Programa de la ONU para el Medio Ambiente en una agencia similar a la Organización Mundial de la Salud (OMS), que sea "una voz fuerte reconocida en el mundo" que permita "evaluar los daños ecológicos y comprender cómo remediarlos".
Fuentes de la presidencia francesa indicaron que entre los países que apoyan la creación de la organización de la ONU figuran la mayoría de los europeos y otras 20 naciones de África, Asia y América Latina.
"Lanzamos un llamamiento solemne para una gran movilización internacional contra la crisis ecológica y en pro de un crecimiento respetuoso del medio ambiente", indica la declaración.
"El futuro del planeta en su conjunto está en juego (...) La supervivencia misma de toda la humanidad están en peligro. Ha llegado el momento de ser lúcidos. De reconocer que hemos llegado al límite de lo irreversible, de lo irreparable. De admitir que ya no podemos permitirnos esperar; que cada día que transcurre agrava los riesgos y los peligros", señala.
Medidas indispensables
La preocupación por el medio ambiente debe estar en el centro de las decisiones e iniciativas de los firmantes, que se comprometen a adoptar "medidas indispensables" para conjurar los peligros, en particular el cambio climático, "cuya gravedad es demostrada claramente por el último informe del Grupo Intergubernamental sobre la Evolución del Clima" presentado ayer en París.
Establece la necesidad de adoptar una Declaración Universal de los Derechos y Deberes Medioambientales, que garantice un nuevo derecho humano, "el de un entorno sano y preservado".
Rechaza el modelo económico "basado en el despilfarro desenfrenado de recursos naturales y la contaminación" y pide sustituirlo por otro que esté "al servicio del desarrollo sostenible y de la lucha contra la pobreza".
En este sentido, invita a compartir los esfuerzos entre los países ricos, los emergentes y los menos avanzados, para lo que apuesta por "mecanismos de financiación innovadores para ayudar a los países más pobres a adaptarse".
El llamamiento, que constata que más de 40 países conforman ya el grupo pionero para la creación de una agencia de la ONU para el Medio Ambiente, culmina con una invitación a todos los estados "a unirse a este combate".