PARÍS/ GINEBRA.- El proceso de ratificación de la Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra de las Desapariciones Forzadas se abrió hoy en París, en la sede de la cancillería francesa y ante representantes de más de 50 países de cinco continentes.
La Convención había sido adoptada tras medio siglo de esfuerzos, por la Asamblea General de Naciones Unidas el 20 de diciembre pasado, y requiere al menos 20 países firmantes para su entrada en vigencia.
La Convención establece que "las desapariciones forzadas, generalizadas o sistemáticas son crímenes de lesa humanidad, y entonces imprescriptibles", recordó el subsecretario de Derechos Humanos de Argentina, Rodolfo Mattarollo, que siguió el proceso de redacción del texto.
También establece un llamado "habeas corpus internacional" para intervenciones urgentes en casos de desapariciones forzadas, agregó.
"Considera, asimismo, el principio fundamental de restitución a las familias de origen en casos de desaparición de niños, y crea un comité contra la desaparición forzada", explicó el subsecretario argentino.
Ese comité estará integrado por 10 expertos independientes y debe establecerse una vez entrada en vigor la Convención.
El texto de la nueva Convención obliga asimismo a los estados a asegurar que sus sistemas legales "prevean el derecho a la reparación de las víctimas de una desaparición forzada", y reclama "instituir garantías rigurosas y tutela de las personas privadas de la libertad" con "prohibición absoluta" de "detenciones secretas".
La Convención "es uno de los más potentes instrumentos en materia de derechos humanos adoptados por ONU", sostiene el documento.
El texto a ratificar tiene dramática actualidad, dijo la alta comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Louise Arbour. "Lejos de ser una trágica reliquia de las 'guerras sucias' del pasado, esa práctica vergonzosa persiste un todos los continentes", dijo Arbour.
La comisionada de la ONU agregó en una nota difundida hoy en Ginebra que "el nuevo tratado llena un vacío en los derechos humanos internacionales".
El presidente del Comité internacional de la Cruz Roja (CICR), con sede en Ginebra, Jacob Kellenberger, auspició una rápida aplicación del nuevo tratado, que entrará en vigencia 30 días después de obtener la vigésima ratificación.
"Ninguna guerra, ninguna emergencia, ningún imperativo de seguridad puede justificar las desapariciones forzadas", destacó Kellenberger.
Durante el año 2006 fue reportado un total mundial de 500 desapariciones forzadas pero se trata probablemente de un dato inferior a la cantidad real de ese delito, según la ONU.
En cuanto al pasado, la Federación Latinoamericana de familiares de Desaparecidos (Fedefam) viene denunciando desde 1982 alrededor de 90.000 casos de desapariciones forzadas en ese subcontinente durante la segunda mitad del siglo XX, 30.000 mil de ellos en Argentina durante la última dictadura militar (1976-83).
"Esta Convención representa la voluntad de los Estados de poner fin a la practica odiosa basada en el terror, las mentiras y el olvido", dijo el Presidente francés, Jacques Chirac en un mensaje leído durante la ceremonia en la Cancillería por el ministro de Relaciones Exteriores galo, Philippe Douste-Blazy. Chirac invitó a "todos los estados a ratificar el texto con prontitud".
"La desaparición forzada es uno de los crímenes contra la humanidad más perversos, pues a la pérdida irremediable de una vida, a las torturas, se suma la incertidumbre de las familias sobre el destino" de la víctima, afirmó en París la senadora y primera dama argentina Cristina Fernández de Kirchner.
La esposa de Kirchner dijo hoy en la Cancillería francesa que la Convención es un "aporte invalorable a la defensa de la condición humana".
Por Chile fueron invitados a participar el diputado Tucapel Jiménez, presidente de la Comisión de Derechos Humanos e hijo de una víctima de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-90), que causó más de 3.000 víctimas.