TEHERÁN.- Irán amenazó hoy a Estados Unidos con responder contra objetivos norteamericanos en todo el mundo si sufre un ataque militar. El líder supremo, ayatolá Ali Jamenei, dijo en un discurso ante los jefes de la Fuerza Aérea que Teherán no se amilana ante amenazas de ataque.
También la paramilitar Guardia Revolucionaria advirtió, con la mira puesta en Estados Unidos, de que todos los barcos de guerra extranjeros situados en el Golfo Pérsico están al alcance de los misiles iraníes.
"Los enemigos (de Irán) saben exactamente que cualquier ataque conllevará amplias reacciones contra el intruso y contra sus intereses en todo el mundo", dijo Jamenei, quien tiene la última palabra en todos los asuntos de Estado.
Las especulaciones sobre un eventual ataque militar norteamericano contra Irán han provocado preocupación en el país persa las últimas semanas.
Jamenei puso en duda sin embargo que Washington se atreva a dar un "paso tan irracional" que "haría peligrar los propios intereses de Estados Unidos".
También el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, ha calificado de improbable un ataque de este tipo.
El general Hossein Salami, de la Guardia Revolucionaria, aseguró que los nuevos misiles rusos Tor-M1 han sido probados con éxito. stos podrían alcanzar a cualquier buque de guerra en el Golfo, aseguró.
La televisión estatal mostró imágenes de los tests con el nuevo armamento.
La Guardia Revolucionaria comenzó el miércoles una maniobra militar en el Golfo. El objetivo es mostrar la capacidad defensiva de Irán en vista de la creciente presencia de la Marina estadounidense en la zona.
Irán encargó en 2005 a Rusia 29 sistemas defensivos Tor-M1 que, pese a las protestas de Washington, fueron entregados en enero de este año. El envío no entra dentro de las sanciones que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas impuso a Irán en diciembre por su programa nuclear, explicó Moscú en su momento.
Según Rusia, el Tor-M1 puede reconocer y localizar hasta 48 objetivos y a la par disparar contra dos objetivos a una altura de entre 20 y 6.000 metros.
Aunque Moscú votó a favor de la resolución de la ONU, impuso una serie de cambios. Así, logró que no fueran incluidos dentro de las sanciones los contratos firmados antes de la resolución. Occidente teme que Irán esté trabajando en secreto en la fabricación de una bomba atómica. Teherán lo ha negado siempre, pero no se ha declarado dispuesto a poner fin a su programa de enriquecimiento de uranio.
El jefe negociador iraní en las conversaciones nucleares, Ali Lariyani, tiene previsto reunirse con la canciller alemana, Angela Merkel, durante la Conferencia de Seguridad que se celebrará en Múnich este fin de semana.
Los observadores consideran que el encuentro en Alemania es el último escenario internacional del que dispone Irán para evitar por la vía diplomática las sanciones de la ONU que, de no cambiar las cosas, entrarán en vigor el 21 de febrero.