NUEVA YORK.- Wayne Schenk dice que tiene mucha suerte. ¿Buena o mala? Ni él lo sabe, porque a cinco semanas de habérsele diagnóstico un cáncer pulmonar inoperable se ganó un millón de dólares, gracias a la compra de un boleto de la lotería estatal por cinco dólares.
Los médicos le dan poco más de un año de vida, pero este ex infante de Marina de Estados Unidos espera extender un poco más eso, ingresando a un hospital de Filadelfia que se especializa en casos avanzados de cáncer. "Sé que el dinero no compra todo, pero puede extender las cosas", dijo Schenk.
Sin embargo, las cosas no son tan sencillas como parecería. La lotería de Nueva York paga sus premios en cuotas, concretamente 50.000 dólares anuales, durante las siguientes dos décadas.
El Centro Médico Eastern Regional le ha informado que necesita un anticipo de 125.000 dólares y un depósito de 250.000 más, que sería usado conforme se desarrolla su tratamiento. "Si no fuera por la mala suerte, no tendría ningún tipo de suerte", dice Schenk, de 51 años, con una risa apagada.