TEHERÁN.- Las autoridades iraníes han detenido ya a cinco personas por su supuesta relación con el atentado perpetrado hoy contra un autobús de la Guardia Revolucionaria, que causó once muertos y 31 heridos, según los últimos datos facilitados por la agencia oficial IRNA.
El ataque se produjo en las inmediaciones de Zahedán, capital de la provincia de Sistán-Beluchistán, situada en el extremo este de Irán, junto a la frontera con Afganistán y Pakistán.
IRNA informó a primeras horas de la mañana de que el atentado, sucedido a las 6.30 hora local (3.00 GMT), mató a 18 personas, luego rebajó esa cifra a ocho y finalmente la ha situado en once.
Según el “director de Asuntos Políticos” de Sistán-Beluchistán, citado por la agencia sin dar su nombre, dos personas fueron arrestadas casi inmediatamente después del atentado “en posesión de bombas de mano y cámaras fotográficas".
Más tarde, otras tres personas fueron detenidas “por ciudadanos y las fuerzas de seguridad”, según la fuente.
Por otra parte, el coronel Mohamed Javad, que ejerce de portavoz de la Guardias Revolucionaria, acusó a “elementos diabólicos y anti-revolucionarios de llevar a cabo este atentado terrorista”.
Pero ni el coronel Javad ni ninguna otra fuente identificaron con mayor precisión a los autores del atentado ni su nacionalidad, en una zona considerada muy porosa por la confluencia de las fronteras entres esos tres países asiáticos.
"Hemos emprendido una vasta operación para determinar la identidad de todos los implicados en este incidente y proceder a su arresto”, dijo Javad.
Los medios iraníes han ofrecido informaciones contradictorias sobre el modo en que se produjo el atentado. Según unos, la bomba estaba oculta en un coche y explotó al paso del autobús, pero según otros fueron hombres armados que se desplazaban en motocicletas los que dispararon contra el vehículo.
La zona de Sistán-Beluchistán es escenario de frecuentes atentados y choques con el Ejército, tanto en el lado iraní como en el lado pakistaní de la frontera, y generalmente se atribuyen a motivaciones tribales y separatistas.
El pasado marzo, un comando de hombres armados de filiación desconocida mató a 22 personas e hirió a otras siete, entre éstas últimas el gobernador provincial Hasán Ali Nuri, en un ataque contra un convoy oficial.