GUATEMALA.- En total, 243 personas fueron asesinadas en enero en Guatemala, 71 más que en el mismo mes de 2006, pese a los esfuerzos de la policía por reducir los índices de homicidios, según documentos judiciales.
De acuerdo con los registros de la morgue del Organismo Judicial (OJ), en enero pasado ingresaron los cadáveres de 202 hombres y 28 mujeres con heridas de arma de fuego, así como 13 personas, entre ellas una mujer, con heridas provocadas por arma blanca.
En tanto, en el mismo período de 2006, las estadísticas del OJ dan cuenta del ingreso de 160 personas heridas (11 mujeres) por proyectil de arma de fuego y 12 por arma blanca, dos mujeres entre ellas.
De las cifras se desprende que las fuerzas de seguridad no encuentran los mecanismos para contrarrestar el repunte de la violencia este año.
Sólo en la mañana del jueves, cuerpos de socorro reportaron el asesinato de al menos 12 personas, lo que ha provocado alarma entre la sociedad.
En ese sentido, según el director de la Policía Nacional Civil (PNC) guatemalteca, Erwin Sperissen, la mayoría de las víctimas podrían pertenecer a bandas dedicadas al robo de vehículos, delito que, aunque había disminuido hasta diciembre pasado, en el transcurso de 2007 tuvo un repunte.
"Creemos que los recientes crímenes que se han registrado están relacionados a diferencias entre bandas dedicadas al robo de vehículos por conflictos de territorialidad, pero esos son análisis preliminares y las investigaciones continúan", afirmó Sperissen.
Cabe resaltar que la violencia ha sido el talón de Aquiles del actual gobierno del Presidente Oscar Berger, toda vez que los crímenes han ido en aumento en los últimos años.
En 2006, 5.885 guatemaltecos perdieron la vida de forma violenta, frente a los 5.336 homicidios registrados en 2005.
En tanto, el director de la Liga de Higiene Mental de Guatemala, Marco Antonio Garavito, manifestó su preocupación por la incipiente ola de violencia, al tiempo que señaló que hay que tratar de entender y buscar una explicación a este fenómeno que día a día enluta a un promedio de 16 familias guatemaltecas.
"Es evidente que la falta de control en cuanto al creciente armamentismo, el tráfico de armas y la debilidad de las leyes para castigar este tipo de hechos, continuarán fomentando la violencia", destacó Garavito.