WASHINGTON.- Un tribunal federal de apelaciones se negó al viernes a levantar la orden de detención que pesa sobre un médico hispano del ejército que se negó a ir a Irak aduciendo que era objetor de conciencia.
Agustín Aguayo, quien se alistó en el 2002, poco antes de la ocupación de Irak, le pidió al tribunal de apelaciones del Distrito de Columbia que dispusiese su liberación de una prisión militar. Deseaba ser licenciado con honores por ser un objetor de conciencia.
Aguayo, quien es de ascendencia mexicana, dijo que se alistó en el ejército para costear su educación. Si bien ya estaba en marcha la intervención militar en Afganistán y se hablaba de una posible ocupación de Irak, jamás pensó que tendría que ir a una guerra, según relató.
Su abogado, Peter Goldberger, afirmó en noviembre que el pensamiento de Aguayo fue evolucionando con el tiempo y llegó un momento en que decidió que sería incapaz de matar a alguien.
El Ejército dijo que eso no bastaba. Para ser considerado un objetor de conciencia, indicó el fiscal Kevin K. Robitaille, un soldado debe demostrar convicciones muy arraigadas y contrarias a toda forma de guerra.
Los fiscales hicieron notar que Aguayo se declaró objetor de conciencia después de recibir la orden de ir a Irak e hizo el trámite al mismo tiempo que su mejor amigo.
El tribunal de apelaciones apoyó unánimemente los argumentos de los fiscales y dijo que podía anular un fallo del Ejército solo en situaciones extraordinarias.
Indicó que le pareció sospechoso el momento en que Aguayo tomó su decisión y que no había evidencias sólidas de su oposición a la guerra.
"Si bien Aguayo dijo que el entrenamiento del ejército le causó angustia y culpa, hay pocos indicios de que sus creencias estuviesen sustentadas por un estudio a fondo" de la situación, expresó el juez David B. Sentelle