RIO DE JANEIRO.- El "Cordao do Bola Preta" (Cordón de la Bola Negra), tradicional 'bloco' -agrupación carnavalera callejera- carioca, puso a hervir las calles del centro de Rio de Janeiro con decenas de miles de personas disfrazadas bailando al son de la percusión bajo un rio de cerveza.
Como ocurre cada año, frente al Teatro Muncipal y la Biblioteca de Río una eufórica multitud que no para de beber, gritar y bailar mientras conjuntos de percusionistas matan el tiempo hasta la llegada del camión que transporta a la tradicional agrupación que anima a los cariocas con sus viejas 'marchinhas' (tradicionales marchas) carnavaleras.
La fiesta concentrada en la Cinelandia -antigua área de cines- delimitada por el Teatro Municipal, la larga avenida Rio Branco y la estación de metro Carioca ratificó que el carnaval no es solo negocio, sino que su versión callejera resurgió con fuerza en los últimos años y arrastra multitudes.
"Esto es lo mejor que puede estar ocurriendo, el carnaval de calle volvió con fuerza a Río y no se va a ir más porque toda esta gente lo está apoyando", dijo Thiago (35), un empleado público de Río de Janeiro.
Buena parte de los 'folioes' (juerguistas que participan de las fiestas populares) vestían los colores blanco y negro de la agrupación, sobre todo con círculos negros en honor a la 'Bola Negra'.
Pelucas, collares, gorras, vestidos, camisetas y pinturas albinegras en caras y el cuerpo predominaban en el animado público, que soportaba un intenso calor bajo el sol radiante que cae sobre tierras cariocas.
Algunos tenían máscaras de animales o monstruos, otros de políticos, muchos hombres utilizaban vestimentas femeninas y pelucas y otros estaba ataviados de bebés o de superhéroes como Batman, mientras las mujeres preferían trajes de bailarinas, conejas de Playboy o máscaras con plumas y cortas bermudas.
Apoyados básicamente en el ritmo amplificado de instrumentos de viento, un 'puxador' (cantante), los 'Bola Negra' -alusión a la bola más 'valiosa' del juego de billar- tienen en su repertorio tradicionales marchas como la de la "Ciudad Maravillosa" o "Sassaricando".
Espuma en spray y papel picado no faltaban en cada esquina, al igual que cientos de 'camelós' (vendedores ambulantes) de bebidas, accesorios para disfraz como máscaras o cornetas y comidas que iban desde salchichas asadas en parrillas portátiles a camarones fritos y maíz hervido.
Los efectos inmediatos de la fiesta se ven en las calles, tapadas por papel picado, botellas, serpentinas; las latas casi no duran tiradas porque ejércitos de recolectores las toman, en tanto muchas columnas, muros, quioscos y rincones de edificios pasan a oficiar de baño público para miles.
Bola Preta es uno de los blocos más tradicionales del carnaval callejero de Río y su primera salida fue en 1918. Y nuevamente demostró que tiene el "éxito garantizado".