NUEVA YORK.- Los científicos están experimentando con nuevas formas de regenerar dedos, y quizás algún día miembros mayores, con recursos que parecen tomados del cine.
Una persona que se cortó la punta de un dedo logró hacerla crecer al tratar la lesión con extracto de vesícula de cerdo y un grupo de científicos ha hecho crecer miembros adicionales en salamandras.
Además, hay unos ratones de laboratorio que muestran una increíble capacidad para reparar sus lesiones.
En los próximos meses, los científicos tratarán de determinar si el extracto de vesícula de cerdo puede ayudar a soldados heridos a recuperar sus dedos, y un proyecto con fondos del gobierno estadounidense trata de descubrir el secreto de la regeneración de miembros en algunos animales con la esperanza de aplicarlo en seres humanos.
Recuperar un dedo va más allá de una finalidad meramente estética. La gente que ha perdido todos o la mayor parte de ellos en una explosión o incendio muchas veces no puede recoger cosas, cepillarse los dientes o abotonarse la ropa.
Si pudieran recuperar cuando menos un pequeño muñón, ello mejoraría mucho su calidad de vida. Y las lecciones aprendidas a partir del estudio del crecimiento de dedos y miembros nuevos podría ayudar en el campo de la medicina regenerativa, quizás alguna vez ayudándole a la gente a reemplazar partes de sus corazones y médulas espinales, además de reparar lesiones y quemaduras con piel nueva y no tejido cicatrizante.
Pero ello queda relegado en todo caso al futuro. Por ahora, basta considerar la situación de Lee Spievack, vendedor de una tienda de aeromodelismo en Cincinnati, quien perdió el dedo medio de la mano derecha en agosto del 2005 al meter el dedo en la hélice de un motor de avión a escala en reparación.
Al no calcular la distancia al apuntar a la hélice, Spievack perdió la punta del dedo, por debajo de la base de la uña. La punta, de casi un centímetro de largo, nunca fue encontrada.
En una sala de emergencias le vendaron el dedo y lo mandaron con un cirujano de manos, quien recomendó cubrir con piel lo que quedaba de su dedo. Cuando este quedó mutilado, todo parecía indicar que sería para siempre.
Si Spievack, ahora de 68 años, hubiera sido un bebé, las cosas hubieran sido diferentes. Hasta los dos años, la gente puede recuperar las puntas de los dedos, dijo el doctor Stephen Badylak, experto en regeneración de la Universidad de Pittsburgh. Ello es algo poco común entre los adultos.
Afortunadamente para Spievack, su hermano Alan, ex cirujano en Harvard, fundó una empresa denominada ACell Inc., que produce un extracto de vesícula de cerdo para promover la regeneración de tejidos, usado actualmente en caballos y recientemente autorizado para su empleo en seres humanos.
El dedo de Spievack recuperó su tamaño a las cuatro semanas y a los cuatro meses "parecía mi dedo normal", aunque un poco duro, como con callos, y con una pequeña cicatriz al final, además de que la uña le crece dos veces más rápido que las de sus otros dedos.
En internet: Regeneración de la salamandra, en http://darwin.bio.uci.edu/~mrjc/regen.html