BRASILIA.- El cambio climático en curso en el planeta tendrá graves consecuencias en la Amazonia, cuyas temperaturas pueden aumentar hasta ocho grados en los próximos 100 años, según un informe divulgado el martes por el Ministerio de Medio Ambiente de Brasil.
El estudio "Cambios climáticos globales y sus efectos en la biodiversidad brasileña", elaborado entre otros por el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), estima que las temperaturas en todo Brasil pueden aumentar hasta 4 grados de aquí a 2100.
En la Amazonia ese aumento podría llegar a ser de ocho grados, en el más pesimista de los escenarios, y dejaría el clima más seco provocando una "sabanización de la selva", según el estudio.
La Amazonia podría en ese caso perder su condición de pulmón verde del planeta y hasta convertirse en emisor neto de CO2, lo cual impactaría en "el clima mundial, porque la Amazonia es uno de sus motores", explicó a la AFP el coordinador de la investigación, José Marengo.
El estudio no tuvo en cuenta los efectos devastadores de la deforestación en esa región, que pueden agravar la situación.
La organización ecologista Greenpeace apunta que "si el avance de la frontera agrícola y de la industria maderera se mantuviese en los niveles actuales, la cobertura de selva podrá disminuir de los actuales 5,3 millones de km2 a 3,2 millones de km2 en 2050".
El estudio presentado el martes contempla escenarios más benignos en el caso de que se adoptaran medidas preventivas, pero igualmente prevén un aumento de la temperatura.
El estudio es una aplicación concreta para Brasil de la metodología que rigió las conclusiones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) divulgadas a inicio de mes en París y que levantaron la alarma mundial sobre los efectos del calentamiento del clima en el planeta.
Según el IPCC, las crecientes emisiones de dióxido de carbono y otros gases provocarán un peligroso calentamiento de la temperatura de la Tierra y trastornos meteorológicos, como frecuentes olas de calor, huracanes o sequías.
Según el estudio, Brasil puede tener otras áreas afectadas por el cambio climático: el noreste puede transformarse de semiárido en árido en los próximos cien años y la costa -donde vive 25% de la población, equivalentes a unos 42 millones de personas- puede sufrir un aumento de hasta medio metro en el nivel del mar. La turística Río de Janeiro "es una de las más vulnerables".
Para el sureste de América del Sur, el documento observa un aumento de las lluvias y su virulencia.
El Ministerio de Medio Ambiente presentó ocho estudios sobre el impacto del cambio climático en Brasil, la mayoría sobre áreas muy específicas. Las conclusiones se consideran iniciales, ya que esos estudios, que comenzaron a elaborarse en 2004, serán ampliados.
Brasil, criticado durante años por la deforestación de la selva amazónica, donde los incendios producen gas carbónico, asegura que ha reducido drásticamente esas emisiones con sus políticas medioambientales.
"Estamos viviendo un desafío, una especie de encrucijada ética" que requiere una reacción en todos los países para frenar el calentamiento global, declaró la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva.
Afirmó que aunque Brasil y el resto de los países en desarrollo adopten medidas al respecto, "si los países industrializados no lo hacen, continuaremos sufriendo esos problemas".