LONDRES.- Los políticos y la sociedad británica deberían eliminar el estigma existente sobre ciertas drogas ilegales que en realidad, consumidas con moderación, "son inofensivas", según concluye un estudio presentado hoy en el Reino Unido.
El informe, elaborado durante dos años por la Comisión sobre Drogas Ilegales, critica la actual estrategia punitiva aplicada por el Gobierno laborista e invita a concentrarse en mejorar el acceso a la información y al tratamiento de las drogadicciones.
La legislación vigente "es ineficaz" y debería modificarse para reconocer que el alcohol o el tabaco pueden en algunos casos causar tanto o más daño que ciertas sustancias estupefacientes cuyo consumo está penalizado, señala el informe.
En sus conclusiones, los miembros de la Comisión, fundada en el 2005 por expertos independientes para supervisar la eficacia de la política antidroga, recomiendan extender la ley sobre el abuso de drogas al "abuso de sustancias" en general.
Además, sugieren que se abandone la actual clasificación de las drogas en las categorías A, B y C según su nocividad (que conlleva diferentes penalizaciones) por un índice de los "daños" que puede causar cada una de esas sustancias.
El sistema actual es "crudo, ineficaz, lleno de anomalías y abierto a la manipulación política", subraya el estudio, que también critica por "inconsistente, irrelevante y desorganizado" el programa de información a los jóvenes.
Los expertos, liderados por Anthony King, de la Universidad de Essex (este de Inglaterra), sugieren que la labor didáctica sobre los peligros de las drogas se centre en las escuelas de enseñanza primaria y no en las de secundaria, como actualmente.
Las leyes actuales han estado concebidas desde "el pánico moral" y destinan cantidades de dinero a esfuerzos "futiles" para impedir el suministro en lugar de combatir las grandes redes de crimen organizado, denuncia el estudio.
Además, tienden a considerar el consumo de drogas sólo como una causa de delincuencia en lugar de verlo como un problema de salud y social.
El informe, que servirá de guía al Gobierno en su próxima revisión de su estrategia contra las drogas, aconseja que sólo se impongan penas de cárcel para los delitos más extremos vinculados al consumo y propone que los adictos reciban alojamiento y empleo como parte de su tratamiento.
"La actual estrategia no funciona y hay que enmendarla,” afirma King.
"El consumo de drogas ilegales no es siempre perjudicial, como tampoco lo es en todos los casos el consumo de alcohol o tabaco. Las pruebas indican que la mayoría de la gente que consume drogas puede manejarlas sin dañarse a sí misma o a los demás", añadió.
Según King, "la política contra las drogas, al igual que sucede en el caso del alcohol y del tabaco, debería aspirar a regular el consumo y prevenir el daño en lugar de prohibir totalmente el uso".