HONG KONG.- Pilotos de la aerolínea Dragonair, filial de la hongkonesa Cathay Pacific, han protestado por tener que embarcar a guardaespaldas provistos de pistolas cuyas balas podrían perforar las aeronaves en los vuelos entre Pekín, Shanghai, Shenzhen y Cantón, informó el hoy rotativo “South China Morning Post".
Los guardaespaldas y personal de seguridad armado de altos cargos políticos chinos tienen permitido el embarque en seis aparatos de Dragonair arrendados, con el personal de ésta, a la aerolínea Air China para los vuelos dentro de China.
Este hecho iría en contra de la normativa acordada por el gobierno hongkonés, los pilotos y las aerolíneas después de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en EE.UU., que prohíbe la entrada de armas blancas y de fuego en todas las aeronaves registradas en Hong Kong, independientemente de dónde vuelen.
El temor de los pilotos, que no fueron consultados de la dispensa obtenida por Dragonair (para cumplir ésta con la legislación china), se centra en que los guardaespaldas no son responsables ante el comandante de vuelo y que aquellos portan pistolas no modificadas, a diferencia de los policías aéreos en Estados Unidos, con lo cual sus balas podrían agujerear las paredes del avión.
El caso está actualmente en manos de la Asociación de Pilotos Aéreos de Hong Kong que pide la introducción de un protocolo para guardaespaldas armados.
A diferencia de los chinos, los agentes de seguridad estadounidenses no sólo portan armas modificadas para no poner en peligro la estructura del avión sino que además tendrían encomendada la misión de proteger a todos los pasajeros y no a personas individuales.
Después del 11-S la mayoría de los países decidieron no permitir las armas de fuego a bordo de los aviones por el riesgo que éstas suponían y por la poca utilidad que tendrían en caso de un acto terrorista.