LA PAZ.- El Presidente de Bolivia, Evo Morales, reaccionó de forma "muy violenta" y "recriminó" al principal ejecutivo de la empresa estatal YPFB, Manuel Morales Olivera, cuando conoció los errores cometidos en la aprobación parlamentaria de los contratos petroleros suscritos con 12 multinacionales.
El presidente de la Cámara de Diputados, el oficialista Edmundo Novillo, dijo hoy que el Mandatario reaccionó así cuando regresó de Japón la semana pasada y se reunió con Morales Olivera (que no es pariente suyo), y el ministro de Hidrocarburos, Carlos Villegas, entre otras autoridades.
"El Presidente reaccionó de una forma muy, muy enojada, de una forma muy violenta", dijo el diputado en entrevista con la Red Uno de televisión.
Novillo tomó juramento el martes por la noche a una comisión de parlamentarios que investigará quiénes fueron los responsables de los errores que han impedido que entren en vigor los 44 contratos firmados con 12 petroleras en octubre pasado.
Los yerros están en la redacción de las leyes que aprobaron los convenios y, sobre todo, en el hecho de que el Congreso aprobó anexos sobre reparto de ingresos entre el Estado y las empresas diferentes a los acordados.
Uno de los anexos cambiados, en circunstancias que Morales Olivera no ha explicado satisfactoriamente, según la oposición, afecta a la petrolera brasileña Petrobras, la hispano-argentina Repsol YPF y la franco-francesa Total, socias en los dos campos de gas más grandes de Bolivia.
Novillo sostuvo que "la responsabilidad de todo este problema apunta a Morales Olivera" y que debe ser asumida "con todas sus consecuencias".
La investigación incluirá citaciones a los ejecutivos de las petroleras, "porque están sometidos a la jurisdicción boliviana y ellos deben venir también a prestar sus declaraciones para aclarar qué ocurrió", añadió el líder parlamentario.
Morales Olivera asumió ayer, en rueda de prensa, toda la responsabilidad del caso, pero defendió la forma en que negoció, según dijo, los contratos "mas duros del mundo" para las petroleras.
"Si me quieren fusilar, que me fusilen", agregó, y cuestionó las críticas de la oposición, que ahora se han extendido al gobierno.
La Cámara de Diputados aprobó el martes por la noche una ley que enmienda los errores, que ahora pasará al Senado, controlado por una oposición que anunció que revisará todo con calma y en detalle.
Esa decisión opositora choca con el apuro que tiene Evo Morales por cerrar pronto este escándalo que empaña su principal triunfo de 2006: la nacionalización de los hidrocarburos.