CIUDAD DE MEXICO.- El Presidente estadounidense, George W. Bush, concluyó su gira por Latinoamérica con presiones para que Estados Unidos cambie sus políticas de inmigración y una constante de protestas.
El Mandatario se mezcló con campesinos pobres de Guatemala, bailó con jóvenes en Brasil y visitó ruinas mayas en México, pero no pudo evitar las demostraciones de repudio a su gira y las protestas en las que los participantes le llamaron "asesino" por la guerra en Irak.
La gira comenzó en Brasil y continuó por Uruguay, Colombia y Guatemala, para concluir en la ciudad mexicana de Mérida, un centro turístico ubicado muy cerca del mar Caribe.
El recorrido fue condimentado por una gira en paralelo de su "enemigo" latinoamericano, el Presidente venezolano, Hugo Chávez, quien realizó su propia visita a Argentina, Bolivia y Nicaragua, lo llamó "cadáver político" y le gritó "Gringo, go home!" en actos multitudinarios.
En México y Guatemala, Bush se enfrentó con las preocupaciones de sus gobernantes por las duras políticas de inmigración estadounidenses.
Bush dijo al escéptico Mandatario mexicano, Felipe Calderón, que volvería a intentar convencer a los diputados de su país de aprobar sus planes para suavizar leyes migratorias de Estados Unidos y permitir un programa de trabajadores temporales.
Cada año, miles de mexicanos y centroamericanos intentan entrar ilegalmente a Estados Unidos, huyendo de la pobreza en sus países, algo que es visto como un problema clave de seguridad por la Casa Blanca.
En su escala previa en Guatemala, Bush defendió las recientes operaciones en Estados Unidos que terminaron en la deportación de cientos de inmigrantes ilegales y también justificó la construcción del muro en 1.120 kilómetros de la frontera de más de 3.000 kilómetros que comparte con México.
La tarde del martes, unas 200 personas se manifestaron tanto en Mérida como en la Ciudad de México con un grito en común: "Bush asesino, no te queremos como vecino", en los dos únicos episodios con tintes de violencia.
En esa ocasión, la policía incluso dispersó a los manifestantes con gas lacrimógeno, después de comenzaran a arrojar piedras y objetos pesados a los policías frente a la embajada de Estados Unidos.