PEKÍN.- El Parlamento chino adoptó este viernes una ley que reconoce el derecho de propiedad privada, salvo para la tierra, que sigue siendo del Estado, después de años de debates y controversias.
La ley de la Propiedad, adoptada por la Asamblea Nacional Popular china (ANP, Parlamento), busca proteger a la vez la propiedad colectiva, pública, y la propiedad privada, aunque, según los medios de comunicación estatales, sigue situando la propiedad pública en el corazón del sistema económico.
Por primera vez sometida en 2002 al comité permanente de la ANP, después de casi diez años de preparación, ha pasado por siete lecturas antes de ser sometida a votación y aprobada al final por 2.299 votos a favor y 52 contra.
Esta votación se produce tres años después de una votación histórica del Parlamento para inscribir la protección de la propiedad privada en la Constitución.
El texto en 247 artículos, que debe entrar en vigor el 1 de octubre, estipula sobre todo que "la propiedad del Estado, colectiva, individual (...) está protegida por la ley y nadie puede infringirla", indicó Nueva China.
Un sector del Partido Comunista en el poder se opuso al proyecto por considerar demasiado capitalista la consagración de los derechos individuales.
Sus partidarios hacían valer la necesidad de clarificar los derechos de propiedad, en un Estado que sigue siendo comunista aunque en la práctica las reformas económicas, lanzadas en 1978, acabaron desde hace mucho con la colectivización maoísta.
Durante los debates, altos responsables salieron a la palestra para explicar que la ley es "compatible con el sistema socialista".
"El sistema de propiedad socialista al modo chino está determinado por el sistema económico socialista de base y es por esencia diferente del sistema de propiedad capitalista", declaró la semana pasada Wang Zhaoguo, vicepresidente del comité permanente de la ANP.
Empresas nacionales
También adoptó este viernes una ley de armonización fiscal que acaba con los privilegios fiscales de las empresas extranjeras respecto a las nacionales a partir del 1 de enero de 2008.
La ley, que prevé un impuesto único del 25%, fue adoptada por cerca del 98% de los delegados de la Asamblea Nacional Popular (ANP, Parlamento), es decir, 2.826 votos a favor, 37 contra y 22 abstenciones, indicó la agencia oficial Nueva China.
Las empresas extranjeras pagan por término medio un 15% de impuesto, contra un índice teórico del 33% las empresas chinas.
La ley fija un periodo transitorio de cinco años a las empresas de capitales extranjeros.
Según los cálculos preliminares del Ministerio de Finanzas, el paso de una tasa del 15% al 25% para las empresas con capital extranjero representa una aportación fiscal suplementaria de 43.000 millones de yuanes (5.600 millones de dólares).