MOSCÚ.- Siete personas murieron hoy y otras 40 resultaron heridas, algunas de gravedad, debido al aterrizaje forzoso de un avión ruso junto al Volga, informaron las autoridades de la ciudad de Samara.
Según las primeras investigaciones, los pilotos del Tupolev-134, con 57 personas a bordo -en un principio se había hablado de 63- tomaron tierra con una densa niebla 400 metros antes de la pista. El tren de aterrizaje averiado patinó sobre la pista de asfalto y, cuando el ala izquierda golpeó contra la pista, el avión se rompió.
La aeronave pertenece a la compañía aérea Utair. A comienzos de mes, la Comisión Europea impuso una prohibición de aterrizaje en el territorio comunitario a ésta y otras ocho aerolíneas rusas debido a constantes carencias de seguridad.
Los investigadores de la fiscalía indicaron que se trataba al parecer de un error del piloto.
Un corresponsal de la televisión estatal rusa sin embargo señaló que los pilotos se vieron obligados a realizar un aterrizaje de emergencia porque el tren de aterrizaje no salía.
En el aparato siniestrado, que partió de la ciudad siberiana de Surgut y se dirigía a Belogorod haciendo escala en Samara, viajaban trabajadores de la industria del petróleo.