VIENA.- Una espiral de corrupción y participación en ganancias de proxenetas por parte de altos cargos de la policía de Viena ha salido a la luz en los últimos días y amenaza con hundir su imagen de honradez y eficacia entre la opinión pública austríaca.
El escándalo empezó a revelarse hace ya un año, pero su verdadera dimensión se ha publicado en la prensa ahora, con nuevas acusaciones contra importantes funcionarios policiales que supuestamente cobraban cuantiosas sumas mensuales a los dueños de prostíbulos a cambio de protegerlos de los registros habituales.
"La policía de Viena busca un camino para salir de la crisis y está claro que habrá dimisiones,” señaló la televisión pública ORF ante las crecientes presiones para que la cúpula policial asuma la responsabilidad en este caso.
Gracias a su reciente nombramiento, con la formación del nuevo Gobierno de socialdemócratas y democristianos, el ministro del Interior, Günther Platter, no está personalmente bajo esas presiones, pero se ha visto obligado a intervenir.
Platter declaró esta semana que está harto de la escalada de acusaciones contra la Policía y pidió a su presidente, Peter Stiedl, que aclaren los hechos rápidamente."El presidente de la Policía debería dimitir.
La presión contra Stiedl va en aumento,” afirmaban los medios austríacos antes de que el portavoz del Ministerio del Interior, Rudolf Gollia, desmintiera el jueves los rumores sobre una posible sustitución en el cargo.
"El presidente de la Policía no está bajo presión. No es un político, sino un alto funcionario, y los funcionarios gozan de una protección específica,” dijo Gollia.
En declaraciones a Efe, Gollia reconoció que es necesario "estudiar cómo mejorar el trabajo de los agentes en ese ambiente, que naturalmente es delicado por la tentación que despierta en los hombres para salirse del camino correcto”.
El portavoz se lamentó, sin embargo, de que el escándalo manche al total de los 8.500 policías que trabajan en Viena, cuando “sólo cuatro están en la mira de la Justicia.”
El escándalo comenzó a perfilarse cuando el Ministerio del Interior confirmó, a fines de marzo de 2006, que estaba investigando una “posible estrecha relación entre el ambiente de prostitución y los colaboradores del servicio público.”
Poco después se informó de la primera suspensión, la de un alto criminalista, Ernst Geiger, condenado luego a tres meses de prisión por haber violado el secreto profesional.
En julio la Fiscalía abrió una investigación contra el comandante Roland Horngacher por supuesto abuso de poder, así como delación de datos confidenciales.
Además, se sospecha que Horngacher aceptó vales de viajes como obsequios de Helmut Elsner, ex propietario del banco BAWAG, enjuiciado a su vez por su implicación en las malversaciones que llevaron a esa entidad financiera al borde de la quiebra.
Suspendido de su cargo, Horngacher rechaza hasta hoy las acusaciones en su contra, pero la Fiscalía continúa la investigación y, según el diario “Kronenzeitung,” ha ordenado también la apertura de sus cuentas bancarias privadas.
Horngacher ha anunciado que presentará una amplia documentación probatoria de su inocencia, al tiempo que se declara “víctima de una enorme intriga” en su contra y ha acusado a su vez a la vicepresidenta de la Policía, Michaela Pfeifenberger.
Mientras, el ministerio ha iniciado una investigación interna sobre las llamadas “listas cerradas,” que abarcan unos 300 prostíbulos que habrían estado protegidos contra los registros policiales por los propios agentes, mientras que éstos argumentan que son un mero instrumento de su labor criminalista.
También se ha informado de llamadas telefónicas a la televisión austríaca para impedir la difusión de un reportaje sobre este escándalo.
El jefe de la dirección Criminal 1, el coronel Roland Frühwirth, fue suspendido temporalmente, acusado de haber presionado a una testigo en el proceso contra Horngacher y de haber aceptado obsequios y participado en las “listas cerradas.”
El último “destape” ha sido la publicación de unas fotografías que muestran a otro alto cargo de la policía, que también está suspendido, brindando con un supuesto chantajista, en una boda de conocidas personalidades en el ambiente de clubes de prostitución.