WAJIMA, Japón.- El oeste de Japón continúa siendo sacudido por las réplicas del violento sismo del domingo, que dejó un muerto y cerca de 200 heridos.
Según el último balance de los servicios de socorro nipones, una mujer de 52 años murió el domingo durante el terremoto, y al menos 193 personas resultaron heridas, algunas gravemente.
Debido a una legislación que establece estrictos criterios antisísmicos para las viviendas, el balance indicado es relativamente bajo en Japón, país que padece terremotos frecuentes y potencialmente destructores.
En Wajima, en el centro de la zona devastada, soldados, bomberos y policías han lanzado búsquedas en pos de eventuales desaparecidos.
Otra de sus prioridad es restablecer el aprovisionamiento de agua, cortada desde hace 24 horas.
Más de 2.600 habitantes de la pintoresca península de Noto, en el corazón de la zona devastada, pasaron la noche en albergues improvisados, precisó la Agencia de Gestión de Desastres.
Unas 130 personas siguen bloqueadas en un área de autorruta debido a los aludes que han cerrado numerosas vías de comunicación.
El potente sismo, de una magnitud de 6,9 en la escala abierta de Richter, destruyó unas 70 viviendas en Wajima, en su mayoría casas tradicionales en madera y cubiertas con pesadas tejas.
Unos 300 edificios resultaron dañados.
Después del terremoto de la mañana del domingo, "aterrador", según los testimonios, la península de Noto fue sacudida por unas 175 réplicas, precisó la meteorología nacional.
La más importante, ocurrida poco después de amanecer el lunes, alcanzó una magnitud de 5,3 en la escala de Richter.
"No he dormido bien esta noche. Me he despertado cada vez que había una réplica", declaró a la AFP Chiezo Seto, un comerciante de 56 años, cuya casa se desplomó.
El primer ministro Shinzo Abe se comprometió a "hacer todo lo posible" para ayudar a las víctimas del sismo, uno de los más destructores de los últimos años, así como a la reconstrucción de la región afectada.
Situado en la intersección de cuatro placas tectónicas, Japón sufre cada año alrededor del 20% de los terremotos más violentos (superiores a 6 en la escala de Richter) que ocurren en el mundo.
El último gran sismo homicida en Japón ocurrió en octubre de 2004. Un terremoto de una magnitud de 6,8 dejó 67 muertos y miles de sin techo en la prefectura de Niigata.