BRASILIA.- Manifestantes del grupo Greenpeace protestaron el martes frente al palacio de gobierno contra planes oficiales de construir una tercera planta de energía nuclear.
Una decena de manifestante se aproximó al palacio mientras otro condujo y estacionó frente a la sede de gobierno un auto pintado completamente de amarillo. Sobre el techo del vehículo había dos enormes barriles, también amarillos, con letreros en los que se leía "basura nuclear".
La policía intentó que los manifestante retiraran el vehículo, pero ante la negativa los propios agentes debieron empujar el auto fuera del área, en la que esta prohibido el estacionar vehículos por seguridad del palacio.
No se produjeron incidentes de violencia, pero un activista fue detenido por la policía porque era el conductor del auto, dijeron voceros de Greenpeace.
"Brasil no necesita de energía nuclear", dijo Guilherme Leonardi, uno de los activistas. Esa energía "es extremadamente cara, sucia, peligrosa y pasada" de moda, agregó.
"Lo que queremos es que sea enterrada, no necesitamos a Angra III" o la tercera planta nuclear brasileña, agregó Leonardi, en conversación telefónica.
La protesta fue realizada en la jornada porque estaba previsto que el Consejo Nacional de Energía, de la presidencia, se reuniera para decidir sobre el destino de la tercera planta.
Pero la reunión, sin que se explicaran los motivos, fue pospuesta para el 4 de abril, dijo un despacho del servicio oficial de noticias Agencia Brasil.
En octubre pasado, la ministra jefa de gabinete, Dilma Rousseff, había dicho que en caso de que el presidente Luiz Inacio Lula da Silva ganara la reelección en los comicios de ese mes, entraría en la pauta de discusiones del Ministerio de Minas y Energía la construcción de nuevas plantas nucleares.Brasil ya cuenta con dos plantas nucleares para generación eléctrica -Angra I y Angra II, con una capacidad conjunta de unos 2.000 megawatts- ubicadas Río de Janeiro.
Los trabajos de Angra III, también en Río de Janeiro, que comenzaron en 1984 fueron paralizados poco después debido a problemas de financiamiento y preocupaciones sobre la seguridad y la viabilidad económica de la energía nuclear.
El ministro de Minas y Energía, Silas Rondeau, ha dicho que en caso de darse luz verde a Angra III el proyecto requeriría inversiones de unos 7.000 millones de reales (unos 3.400 millones de dólares).