NACIONES UNIDAS.- El Consejo de Seguridad estudia hoy una declaración para condenar a los 15 marinos británicos capturados por Irán el pasado viernes y exigir al Gobierno de Teherán su liberación inmediata.
Las consultas se celebran a puerta cerrada, pero fuentes diplomáticas señalaron a la prensa que el borrador de la declaración presentado por la delegación británica afronta oposición.
Algunos países, entre ellos Rusia, objetan que se exponga que los marinos británicos se encontraban en "aguas territoriales iraquíes", ya que esa circunstancia, que mantiene el Reino Unido, la niega el Gobierno de Teherán.
Otras fuentes señalaron que Londres, en lugar de una declaración a la prensa -el nivel más bajo en que el Consejo puede pronunciarse-, están presionando para sustituirla por una declaración presidencial.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se reunió ayer con el ministro de Exteriores iraní, Manucher Motaki, con quien discutió la crisis de los marines.
"El secretario general le transmitió su deseo de que se solucione pronto este problema", señaló el portavoz de la ONU, Farhan Haq, quien subrayó que Ban también se puso en contacto con las autoridades británicas para conocer las dos versiones de los hechos.
"El secretario general está involucrado lo suficientemente. Si va a tener un papel mayor que jugar, aún está por ver", matizó Haq.
El Consejo de Seguridad estudia la adopción de una declaración de condena después de que el régimen iraní diera marcha atrás a su promesa de poner en libertad a la única mujer detenida, Faye Runey, tras calificar de "actitud incorrecta" del Reino Unido la de llevar la crisis al Consejo de Seguridad.
A renglón seguido, Irán ha pedido al Reino Unido que reconozca que sus militares cometieron un "error" por entrar en aguas territoriales iraníes cuando fueron detenidos, tal como ha concluido la investigación oficial de Teherán.
Los militares, ocho marinos y siete infantes de Marina, entre fueron capturados el pasado 23 de marzo mientras patrullaban en aguas iraquíes del Golfo Pérsico, según Londres, y en aguas iraquíes, según Teherán.