LONDRES.- El Primer Ministro británico, Tony Blair, criticó hoy a Irán por la "exhibición y manipulación" en varios vídeos de algunos de los 15 militares del Reino Unido detenidos por Teherán, en una escalada de la guerra verbal entre ambos países.
"Exhibir y manipular al personal capturado de esa manera no engaña a nadie. Los iraníes deben darse cuenta de que si continúan por esa vía tendrán que hacer frente a un creciente aislamiento" de la comunidad internacional, subrayó Blair, visiblemente enojado.
Blair hizo esas declaraciones después de la difusión de un nueva filmación por la televisión iraní Al-Alam, en el que uno de los quince militares británicos aparentemente confiesa haber invadido por error aguas iraníes.
En esa cinta, un marino identificado como Nathan Thomas Summers explica que su grupo entró "ilegalmente" en aguas iraníes y señala que "todo lo que quieren los iraníes es una disculpa" por parte del Gobierno de Londres.
El régimen de los ayatolás también intensificó su ofensiva propagandística con la difusión de una tercera carta supuestamente escrita por Faye Turner, la única mujer entre los quince marinos detenidos por Teherán el pasado día 23 en el Golfo Pérsico.
En la misiva, Turner, de 26 años y madre de una niña, se queja de haber sido una víctima de las "políticas intervencionistas" de Blair y el Presidente estadounidense, George Bush, en países de Oriente Medio, como Irak.
"Realmente, no entiendo por qué el régimen iraní sigue haciendo esto. Todo lo que consigue con ello es aumentar el sentimiento de indignación de la gente", señaló el jefe del Gobierno de Londres desde Manchester (norte de Inglaterra), donde estuvo de visita.
El mandatario laborista dejó entrever que el contencioso puede prolongarse, por lo que subrayó que su Gobierno encara la situación "de forma paciente", aunque con la "necesaria firmeza y determinación".
"Tenemos que atajar y analizar esto con determinación, pero también con calma, porque las vidas del personal (cautivo) tienen preferencia", recalcó Blair, al reiterar que la única "posible solución" a la crisis pasa por la liberación de los militares.
A juicio del primer ministro, "no hay duda, en absoluto, de la naturaleza ilegal de su captura (la de los militares) y, por tanto, deben ser puestos en libertad", ya que los cautivos navegaban por "aguas iraquíes bajo mandato de la ONU".
El Primer Ministro se refería a la resolución 1723 de la ONU, emitida el 28 de noviembre de 2006 en la que, tras la formación de un gobierno de unidad nacional en Irak, el organismo internacional extendió el mandato de la fuerza multinacional hasta finales de 2007.
Los uniformados, ocho marinos y siete infantes de Marina, fueron apresados este 23 de marzo mientras patrullaban aparentemente en aguas iraquíes del Golfo Pérsico, aunque Teherán acusa a los soldados de invadir su territorio.
El Presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, insistió hoy en que el Reino Unido debe disculparse ante su país por la presunta entrada ilegal de los quince militares en sus aguas, algo a lo que Londres se niega, de momento.
Entretanto, el Gobierno británico siguió hoy con su estrategia de recabar apoyo internacional a fin de aislar aún más al régimen iraní.
De esa manera, Londres logró que los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea (UE), reunidos en Bremen "Alemania", acordaran un comunicado conjunto para exigir la liberación inmediata de los marinos.
Ya este jueves, el Reino Unido consiguió que el Consejo de Seguridad de la ONU instara a la República Islámica a permitir acceso consular a los quince militares, así como a ponerlos en libertad, aunque no logró que emitiera una declaración de condena.
Desde que estalló la crisis, Londres y Teherán han divulgado imágenes por satélite y mapas para demostrar cada uno que lleva razón en la disputa, aparte de varios vídeos de los militares británicos difundidos por la televisión iraní en los últimos días.
El Reino Unido e Irán ya tuvieron un problema similar en 2004, cuando el régimen de los ayatolás detuvo durante tres días a ocho militares británicos acusados de penetrar ilegalmente en aguas jurisdiccionales de Irán en el Golfo Pérsico.