SYDNEY.- La mayor ciudad australiana se sumergió el sábado en una oscuridad casi total cuando las autoridades, miles de empresas y sus residentes apagaron la luz para ahorrar energía.
Se oscurecieron las "velas" blancas normalmente brillantes de la Opera de Sydney, el arco del famoso puente de la bahía de la ciudad, grandes extensiones de los rascacielos del centro, e incontables hogares en la ciudad de cuatro millones de habitantes en un gesto de preocupación por el problema del calentamiento global.
Los organizadores habían dicho que, si la medida tenía éxito, esperan que se convierta en un evento anual que a la larga sea adoptado por ciudades de todo el mundo.
"Esta noche es un llamado a la acción", dijo el alcalde de Sydney, Clover Moore, cuyas autoridades apagaron las luces no esenciales en edificios de propiedad municipal. "Todos tenemos que actuar para reducir nuestra huella ecológica. Le estamos pidiendo a la gente que piense qué acción pueden tomar para combatir el calentamiento global".
Los restaurantes de toda la ciudad recibieron a sus clientes a la luz de las velas, y las familias se reunieron en lugares públicos para participar en la cuenta regresiva antes de que se apagaran las luces. Emitieron vítores cuando éstas comenzaron a apagarse a las 19:30.
Sin embargo, no hubo un apagador maestro, y se requirió que pasara un poco de tiempo para que se percibiera el efecto a medida que los edificios fueron apagándose uno a uno. Algunos pisos de los rascacielos permanecieron encendidos, y no se apagaron las luces de seguridad ni del alumbrado público, así como las de las operaciones comerciales en los puertos y en un estadio deportivo.
Aunque el centro se veía significativamente más oscuro que lo normal, el efecto en general, según se vio en tomas de televisión capturadas desde helicópteros, fue que disminuyó el mosaico de millones de luces de la ciudad, pero no desapareció totalmente.
"Esperábamos una gran diferencia de inmediato, pero fue sólo un poco", dijo Sonja Schollen, que llevó a sus hijos Harry y James a un parque para que vieran los rascacielos. "En realidad fue bastante agradable, porque los niños comenzaron a corear 'apáguenlas, apáguenlas!' Ahora puede verse que la ciudad está un poco más oscura".
Los organizadores esperan que el evento del sábado -al que se registraron aproximadamente 2.000 empresas y más de 60.000 individuos en internet- hará que la gente piense en apagar con regularidad todas las luces no esenciales y las computadoras cuando no las está usando, y que tome otras medidas sencillas que dicen podrían disminuir las emisiones de gases de invernadero en Sydney en 5% el año próximo.