CARACAS.- El gobierno del presidente Hugo Chávez podrá haber prohibido la venta de alcohol de cara a las vacaciones de Semana Santa para tratar de reducir el número de muertes en las carreteras, pero los meseros todavía ofrecen una refrescante cola para los bebedores más asiduos de Venezuela.
"JiViva la ley seca!", exclama con un guiño "el Catire", camarero en un bar del este de Caracas mientras sirve otra ronda de Coca-Cola con ron, pese a que la venta de bebidas alcohólicas está prohibida oficialmente a partir de las 17.00 horas hasta el 9 de abril.
A pesar de la prohibición, es tan fácil como siempre obtener alcohol en la capital venezolana, aunque los bares deben ser cuidadosos. En los restaurantes, la cerveza y las botellas de licor son retiradas de las mesas y en algunos establecimientos se sirve el vino en tazas de café.
"Me parece súper ridículo, es como implementar un régimen musulmán", dijo Jorge Domínguez, de 36 años, cuando abandona una licorería a las 16.55 horas con dos tintineantes bolsas repletas de botellas de cerveza.
Domínguez defendió las medidas contra los conductores ebrios, pero dijo que la ley seca no es la respuesta, mientras dos oficiales de policía se aseguraban de que la tienda cerraba cinco minutos después.
La ley seca es usualmente utilizada en Venezuela en momentos especiales, como en las elecciones, pero no ha sido aplicada en las festividades, cuando miles de venezolanos se dirigen a las playas caribeñas y atiborran los bares.
Venezuela es uno de los mayores consumidores de bebidas espirituosas del mundo y ocupó la séptima posición en importación de whisky escocés en el 2006, según la Asociación de Whisky Escocés.
En un almuerzo de negocios, no es raro que los comensales esperen su comida departiendo con una botella de whisky escocés Johnnie Walker.
Chávez ha criticado y atacado en repetidas ocasiones el consumo de alcohol como un mal importado de los Estados Unidos.