EL CAIRO.- Las rocas caídas en el Sinaí en la erupción del volcán de Tera, hace 3 mil 500 años, confirman los textos faraónicos, pero no el éxodo de los Hebreos huyendo de Egipto, episodio que figura en la Biblia, el Corán y la Torá.
El cataclismo de Tera, la actual Santorini, en el mar Egeo, ha sido presentado en muchos escritos como el precedente o el detonante de las diez plagas de Egipto, e incluso explicando un castigo reservado a los levitas que se volvieron contra Moisés.
En un yacimiento arqueológico en el lugar que ocupó en su día una fortaleza militar antigua al norte del Sinaí, arqueólogos egipcios anunciaron que habían encontrado algunas piedras pómez, testigos de la catástrofe y del primer tsunami conocido de la Historia.
El principal responsable de las antigedades egipcias, Zahi Hawass, señaló que “este descubrimiento no es una prueba del éxodo, la arqueología no lo confirma, y revela un mito", añadiendo que lo siente, pero “decepcionar a la gente no es mi problema".
"Sobre la presencia de patriarcas y profetas en Egipto, Abraham, José o Moisés, no tenemos ninguna prueba, lo mantengo", agregó.
Sin embargo, la presencia de cenizas y rocas volcánicas en la antigua fortaleza de Tharo confirmaría, según Hawass, las inscripciones antiguas que evocan la expulsión de los hicsos, enemigos de los egipcios.
Los textos evocan catástrofes naturales que tuvieron lugar durante la era de los hicsos, una casta militar llegada del este, y cuentan su éxodo antes del inicio del imperio Nuevo egipcio, precedido por la erupción del volcán de Tera.
Mostrando la excavación del fortín de la XVIII dinastía, el más antiguo hallado en esta línea de defensa, llamada “ruta Horus", el director de las excavaciones, Mohamed Abdel Maksud, considera que atestigua la dureza de los combates entre hicsos y egipcios.