DILI.- Las oficinas de voto abrieron sus puertas el lunes por la mañana (domingo por la noche en Chile) en Timor Oriental para unas elecciones presidenciales cargadas de incertidumbre y destinadas a reemplazar al ex líder de la guerrilla, Xanana Gusmao.
Las oficinas de voto abrieron a las 18:00 horas de Chile y deben cerrar nueve horas después con ocho candidatos disputándose los votos de 520.000 electores, entre ellos el actual jefe del gobierno y allegado al jefe del Estado, el premio Nobel de la Paz, José Ramos-Horta.
Los comicios, llenos de incertidumbre, se realizarán en un ambiente tenso, ya que Timor Oriental, una joven y muy pobre nación asiática que estuvo ocupada durante 24 años, hasta 1999, por Indonesia, y que tras su independencia, en 2002, no ha logrado salir de la crisis, de la inestabilidad y la violencia.
Un total de 232 observadores extranjeros, 1.655 policías de las Naciones Unidas y un millar de militares de una fuerza internacional intentarán que las elecciones se desarrollen sin fraudes ni enfrentamientos.
Además de Ramos-Horta, los otros postulantes que tienen posibilidades son Fernando Lasama, del Partido Demócrata (PD) y Francisco Guterres (alias Lu-Olo), del Frente Revolucionario de Timor Oriental Independiente (FRETILIN), de inspiración marxista, que sigue simboliza la lucha independentista.
Si bien Guterres se apoya en la presencia del FRETILIN en el país, Lasama espera, como Ramos-Horta, ganar los votos de los decepcionados de antigua dirección del FRETILIN, encarnada por el ex primer ministro Mari Alkatiri.
El presidente Xanana Gusmao, que ha renunciado a postular por un segundo mandato de cinco años, ha indicado que en cambio apuntaba al puesto de Primer ministro, cuyos poderes son más amplios que el primer mandatario, cuyo papel es esencialmente protocolar.
"Estoy feliz de votar por nuestro futuro. Es un momento importante", declaró Francisca Freitas, 38 años, que estuvo entra los primeros que votaron, en presencia de una docena de policías de la ONU, llegados de Nueva Zelanda, Nepal y de Portugal, en una oficina electoral de Meti Au, un barrio de la capital.
