TOKIO.- El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, afirmó hoy que pedir la retirada de las tropas estadounidenses de Irak es un “derecho democrático” y que su Gobierno lo reclamará cuando pueda garantizar la seguridad en el país, por lo que no consideró necesario fijar un calendario al respecto.
Al Maliki explicó en una rueda de prensa en Tokio que tanto el Congreso de EE.UU. como los miles de chiíes que se manifestaron ayer en la ciudad iraquí de Nayaf tienen el “derecho democrático” de pedir la retirada de las tropas norteamericanas de Irak.
El gobernante iraquí, de visita en Tokio, donde se reunió ayer con el primer ministro nipón, Shinzo Abe, y el emperador Akihito, afirmó que la retirada de las fuerzas internacionales de Irak es un asunto regulado por los organismos internacionales.
Según Al Maliki, su Gobierno pedirá que las fuerzas extranjeras dejen el país cuando pueda garantizar la seguridad, de modo que no hace falta “una agenda” que regule la fecha exacta.
El dirigente iraquí se refirió también a la ejecución en diciembre de Saddam Husein y reiteró que la sentencia del dictador fue fruto de un proceso judicial y no político, en el que se le garantizó el derecho a la defensa.
Al Maliki admitió que quizá hubiera sido mejor haberlo ejecutado por todos los delitos que cometió, por el asesinato de miles de personas y por el uso de armas químicas, y no sólo por la masacre de 148 chiíes en 1982, en el llamado “caso Duyail”.
En cuanto a la difusión de las imágenes sobre la muerte de Saddam, Al Maliki, que es de confesión chií, aseguró que ese hecho no debió producirse y que el error se cometió por “falta de experiencia” y un nivel de control “inadecuado”.
Según el líder iraquí, lo que debió ser mostrado fue cómo Saddam era conducido a la horca, pero no cómo moría.
En cuanto a la colaboración japonesa en Irak, Al Maliki afirmó que durante sus reuniones con las autoridades niponas ha transmitido el deseo de su Gobierno de que Japón prolongue la misión de las fuerzas aéreas japonesas en sus labores de transporte desde su base en Kuwait.
El dirigente iraquí resaltó la buena labor de las tropas japonesas durante su estancia en la región de Samawa, al sur de Irak, donde permanecieron desde comienzos de 2004 hasta el pasado julio, cuando el Gobierno nipón decidió su retirada.
Al Maliki anunció reuniones entre los miembros de su delegación, las autoridades locales y representantes del sector privado para lograr inversión en sectores como el petróleo y en el proceso de reconstrucción del país.
El primer ministro de Irak también se refirió a los logros completados por su país en el proceso de reconstrucción y enumeró diversos avances como la creación de un Ejército y la publicación de un centenar de periódicos independientes, así como la creación de más de 30 cadenas de televisión no controladas por el Gobierno.