WASHINGTON.- El Presidente de Estados Unidos, George W. Bush, reiteró hoy que vetará la ley aprobada por los demócratas que establece una fecha de salida de las tropas de Irak, y acusó a la oposición de hacer "politiquería" y contradecir el juicio de los comandantes militares, lo que a su entender es un error.
"Deploro que el liderazgo demócrata haya optado por este camino", dijo Bush a la prensa en el jardín de la Casa Blanca, poco antes de subirse a un helicóptero rumbo a Nueva York, para visitar una escuela en Harlem y hablar en una cena partidaria.
El jefe de la mayoría del Senado, el demócrata Harry Reid, anunció ayer que a fines de esta semana el Congreso enviará un proyecto de ley a Bush, que establece el retiro gradual de las tropas de combate en Irak entre octubre de 2007 y marzo de 2008.
La iniciativa de ley, aprobada por la mayoría demócrata de las dos cámaras legislativas, también aporta 124.000 millones de dólares en fondos suplementarios para las guerras de Irak y Afganistán, como lo había pedido Bush. Sin embargo, al marcar una fecha de retirada, será vetada por el Mandatario estadounidense.
"Ellos saben que voy a vetar una ley que contenga esas previsiones y saben que mi veto será firme", afirmó Bush.
A pesar de contar con la mayoría del Congreso, los demócratas están lejos de tener los dos tercios en cada cámara, por lo que no podrán rechazar un veto de la Casa Blanca, lo que dejará a la oposición legislativa sin posibilidad de acción efectiva en su propósito de avanzar hacia el retiro.
Al propósito demócrata de establecer un cronograma de fin de la intervención en Irak -que a juicio de los dirigentes de ese partido responde al mandato recibido en las elecciones de noviembre de 2006- Bush lo llama "retirada precipitada".
"Una retirada precipitada de Irak no va a significar la paz para la región", dijo, y agregó: "Nuestras tropas no deben verse en el fuego cruzado de las discusiones".
El Mandatario estadounidense afirmó que la estrategia adoptada por los demócratas "contradice el juicio de nuestros comandantes militares" e intentó dar a entender que el retiro derivará en ataques terroristas contra su país como los de septiembre de 2001.
En efecto, Bush sostuvo que si Estados Unidos retira la fuerza militar que ocupa el país del Golfo Pérsico, "sabemos lo que pasará después, así como Al Qaeda usó Afganistán como una base para preparar el ataque del 11 de septiembre", puede hacer "lo mismo en Irak".
"No importa cuánto deseemos que la guerra se termine, la seguridad de nuestro país depende del resultado en Irak", siguió Bush en la misma línea, y agregó que "no podemos permitir que la politiquería y la impaciencia se entrometan en este proceso".
Por su parte, Reid respondió que "aparentemente el Presidente continúa en un peligroso estado de negar la situación de lo que pasa en Irak y el impacto que esto tiene para la seguridad de nuestro país".
"Mientras otros diez de nuestros hombres y mujeres valientes murieron ayer en uno de los días más mortales de esta guerra, el Presidente Bush continúa ofreciendo más de lo mismo: una política fracasada que tiene a nuestras tropas empantanadas en medio de una guerra civil que arriesga nuestra seguridad" nacional, agregó el senador demócrata de Nevada.
Días antes, Reid había afirmado que la guerra de Irak "está perdida" y advirtió que el Congreso "no se quedará ciego ante la incompetencia e ineficacia del gobierno en Irak".
Reid sostuvo que Bush está cometiendo el mismo error que el ex Presidente Lyndon Johnson, quien a fines de los 60 intensificó el despliegue militar estadounidense en Vietnam con la intención de salvar "su legado político", y lo único que logró fue aumentar las bajas estadounidenses.
Para Reid y el resto de los dirigentes demócratas, la solución al conflicto de Irak es "política y no militar".
La ley aprobada por los demócratas propone retirar de Irak a todas las tropas de combate para el 31 de marzo de 2008, dejando a militares que se encarguen de la custodia de los bienes estadounidenses y del entrenamiento de las fuerzas iraquíes.